EN VENTA. A pesar de la caída de ventas se sigue inviertiendo en nuevas construcciones / C. C.
SAN FERNANDO

El precio de la vivienda en San Fernando baja un 26% con respecto al año 2006

La venta de pisos decae mientras que el alquiler experimenta un crecimiento considerable a pesar de que su importe se sitúe en torno a los 800 euros El metro cuadrado de las nuevas promociones ha bajado hasta los 1.700 euros

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La crisis del ladrillo se nota con fuerza en La Isla y las inmobiliarias de la ciudad dan fe de ello ya que, en mayor o menor medida, todas venden menos que en años anteriores, una situación que se ha agravado a partir del verano de 2007.

Actualmente se pueden adquirir las viviendas un 26% más baratas que hace dos años es la única salida que les ha quedado a los vendedores ante una demanda más selectiva en el tipo de vivienda. Desde el sector se apunta que es muy probable que los precios se estabilicen en torno a esa cifra y no preven que el suelo de los mismos se sitúe por debajo.

En cuanto a las promociones de nuevas viviendas, el metro cuadrado está en 1.700 euros. Una bajada que no frena las expectativas de aquellos compradores que buscan hacer negocio a través de la inversión inmobiliaria y que elevan el coste muy por encima de la venta real de la edificación.

De hecho, tal y como apunta Mamen López Anelo, asesora de ventas de Don piso, «resulta muy complicado el concienciar a los vendedores de la situación que existe en estos momentos, porque cada uno ve lo que oferta como lo mejor. Es el paso del tiempo y la falta de clientes los que les hace reconsiderar sus pretensiones y acceder a una reducción del precio del inmueble».

Tanto es así que viviendas que anteriormente se vendían con facilidad por 200.000 euros pasan serias dificultades para encontrar un comprador dispuesto a desembolsar 150.000 euros.

La crisis se posiciona como uno de las principales culpables de esta situación, sin embargo señalan la rigurosidad reciente de los bancos para conceder créditos, así como la necesidad de avalistas para solventar los trámites, como la verdadera causa de tal coyuntura. Juan Antonio Vázquez, gerente de Tecnocasa, lo expone de forma clara al afirmar que «la gente ahora no compra una casa más bien adquiere la hipoteca del piso, por ello ya no mira prestaciones sino que se va a lo que puede pagar».

Y es que, el cliente que acude a las inmobiliarias tiene las ideas más claras que hace varios años. La limitación está en el precio y a partir de ahí se busca otras posibilidades como la ubicación, los accesos, la cercanía de comercios. María del Mar San Roman, de la inmobiliaria Seroma, ha presenciado ese cambio de búsqueda y precisa que «las personas se arreglan ahora con menos que antes. Ya no se va a lo que son pisos de tres dormitorios, que eran los que más se demandaban, prefieren de dos habitaciones y a partir de ahí van mirando otras cosas».

Entre esas otras prestaciones la que más se solicita es que tenga una salida fácil para Cádiz, por ello las zonas de Camposoto y lo que es el Cobrero viejo son los lugartes que más venden, ya que «son muchas las personas que vienen de Cádiz porque no encuentran nada allí y miran por la periferia, de manera que San Fernando es una de las primeras opciones porque permite estar en la capital en pocos minutos», asegura la asesora de Don Piso.

Si la venta de pisos decae, lo que está en auge es el alquiler, que en San Fernando ha experimentado un crecimiento considerable y convertiéndose en la única alternativa real para independizarse.

Lo que no significa que sea una opción más económica que la compra pues los precios en alquiler han crecido de forma desmesurada en los últimos años y ya están entre los 550 y los 800 euros. Unas cantidades muy por encima de lo que se podía encontrar en La Isla y que ya tocan su techo, por lo que desde el sector se apunta que seguramente ocurrirá como con la venta, que la situación explote y entonces los precios vuelvan a bajar.

La gestora de Seroma cree que en este sentido «las ayudas del gobierno para el fomento del alquiler no cumplen su cometido porque tal y como se esperaba los propietarios las han aprovechado para incrementar el precio».

El presente es poco alentador y el futuro menos. Muchas promotoras están teniendo problemas financieros para terminar las viviendas o se ven obligadas a pasar de venta a alquiler para atraer a unos compradores con un poder adquisitivo exiguo.