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El veraneo en Cádiz

De siempre Cádiz fue una ciudad veraniega. Por su puesto, no como en la actualidad, pero sí donde acudían veraneantes, sobre todo de nuestra región andaluza, y principalmente de Sevilla, Córdoba y Jaén, entre otras. Lo que ocurría era que entonces no había esa cantidad de apartamentos y hoteles que hoy existen.

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Había algunos chalets por el entonces despoblado Paseo Marítimo, que eran propiedad de algunas familias sevillanas y cordobesas, que los tenían para esas fechas del año.

Después de la explosión del mes de agosto de 1947, toda la zona de Extramuros empezó a poblarse y ya la ciudad comenzó a crecer hacia esa zona. Ello conllevó a que muchos de nuestros visitantes con visión de futuro entrasen en aquello de la propiedad horizontal.

Por aquel entonces el grueso de veraneantes se situaba por el centro antiguo de la ciudad. La visita de Puerta de Tierras era por las horas de playa.

Recuerdo cuando iban a la estación de ferrocarril los llamados pupileros, que eran los hombres que acudían a recoger los viajeros para llevarlos a los distintos lugares de hospedajes. Estos hombre pregonaban las comodidades en aquellas fechas de los lugares para hospedarse, muchos de ellos no disponían en su mayoría de cuartos de baños o duchas existían dos o tres para todos los huéspedes. Los días de más visitantes desde luego eran los domingos (los sábados en aquellos tiempo aún se trabajaban).

Ese día los trenes, tanto de Jerez como de Sevilla, llegaban llenos, sobre todos de bañistas de poco poder adquisitivo. Como en esta ciudad siempre hubo esa chispa de gracia, recuerdo que a uno de estos pupileros lo conocían por Mister Nevera, Mister porque hablaba inglés y Nevera porque era muy fresco.