Los Mimbres

emos de reconocer que, aunque es cierto que el equipo aún no está armado, el ejercicio de entrenamiento que el Cádiz realizó el domingo pasado ante el Conil -un conjunto de inferior categoría- pone de manifiesto que los mimbres con los que cuenta el actual entrenador son insuficientes para afrontar, con suficientes garantías de éxito, la difícil temporada en la Segunda División B. Una vez más nos vemos obligados a dar la razón a quienes, preocupados, declaran que el equipo no respondió a las mínimas expectativas de los aficionados. A pesar de que aún llevan escasos días de entrenamiento, un partido contra un adversario integrado por aficionados -incluso a estas alturas de la pretemporada- debería haber sido un monólogo amarillo. Nos llama la atención que los canteranos sigan haciendo un mejor papel que los profesionales a los que deberíamos exigirles el doble o, incluso, el triple de rendimiento. Cabe preguntarse qué tendrá que hacer Javier Gracia para lograr un conjunto aguerrido y equilibrado. En nuestra opinión, sigue faltando ese administrador que, situado en el centro del césped, organice con naturalidad, claridad y eficacia el juego defensivo y el ofensivo. Es urgente que llegue ese líder que sea capaz de mover la batuta con autoridad para que los recién fichados y los canteranos se sientan tan sueltos como si jugaran en la plaza de sus pueblos. De lo contrario, corremos el riesgo de sufrir el mismo espectáculo que nuestro equipo ofreció durante la última temporada. En esta ocasión las consecuencias serían mucho más lamentables porque el saldo de credibilidad, como es sabido, ya está en números rojos. Pedimos que no traten de persuadirnos de que la temporada es muy larga ni de que, poco a poco, se limarán los defectos. O el equipo nos convence con un juego fluido y con unos resultados positivos desde el primer partido o serán muchos los que ya no se crean las reiteradas promesas.