Artículos

Obama, rehén de la guerra

Barack Obama, hostil de siempre a la invasión de Irak, tenía en esa coherente posición un argumento decisivo para reforzar su posición como aspirante a la presidencia, pero la evolución de los acontecimientos le ha convertido en una especie de rehén de la guerra.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ayer llegó a Bagdad, entre medidas de seguridad que impidieron literalmente saber donde estaba tras entrar al país ni cuando se reuniría con el primer ministro Maliki. No tiene más remedio que repetir su mensaje, reducido a efectos prácticos a retirar en 16 meses al grueso de las fuerzas de combate.

Pero eso tal vez lo proponga pronto su adversario McCain, un defensor a fondo de la guerra y del envío de las cinco brigadas de refuerzo que en un año han conseguido reducir la violencia a su nivel más bajo y normalizar en buena parte la vida en la capital. Ya se han ido y el número de soldados ha vuelto a la cifra anterior, 147.000, pero hay planes para retirar más tropas a partir de septiembre.

Así pues, se está produciendo algo letal para el argumentario del aspirante demócrata: la asunción por el gobierno Bush de gran parte de sus proposiciones, aunque no por razones de principio, sino pragmáticas y hechas posibles por la debilidad de Al-Qaeda en Irak y el fin de la insurgencia sunní, que tiene su propia agenda nacional y se deja querer por Washington y su dinero.

Bush acepta ahora fijar un 'horizonte temporal' a la presencia americana en Irak, lo que también podría coincidir con los 16 meses que le parecen adecuados al primer ministro Maliki. El gobierno iraquí lo espera que las tropas de combate puedan dejar el país en 2010

Obama siempre ha dicho que una 'fuerza residual' se quedará en el país para proteger su embajada (la mayor del mundo), vigilar las fronteras, entrenar al ejército iraquí.y operar contra Al-Qaeda si es preciso.

¿Cuántos soldados serán necesarios para todo esto? La conclusión es que con Obama o con McCain en la Casa Blanca tal vez la situación material sobre el terreno en Irak no será muy diferente. Ni tampoco en Afganistán, donde ambos, ahí abiertamente, coinciden en la necesidad urgente de enviar refuerzos.