REPARACIONES. Un mecánico trabaja en su taller. / ENRIQUE MONCADA
Jerez

La actividad de los talleres de coches de la provincia cae un 30% en 2008

La federación provincial plantea nuevos sistemas de pago para hacer frente a la crisis Los clientes superan el kilometraje recomendado para realizar las revisiones rutinarias

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La situación económica de los talleres de la provincia no pasa por su mejor momento. Desde finales de 2007 y en los primeros seis meses del año se ha reducido casi un 30 por ciento el número de reparaciones que se realizaban hace apenas unos años. Ahora los usuarios tienen que tener una avería en su coche para llevarlo al taller y no acuden a ellos para hacer las típicas revisiones rutinarias. La prevención, por tanto, deja de ser una tónica común en la mayoría de los propietarios de vehículos. Las revisiones generales, que deben realizarse aproximadamente cada 15.000 kilómetros, se efectúan cuando se han sobrepasado éstos incluso en 6.000 kilómetros.

«Es un riesgo que asume el cliente», afirma Antonio Gestoso, propietario del taller Lacave, en Cádiz. En ellas se debe revisar el cambio de aceite, los filtros, las pastillas de disco, los frenos y los neumáticos. Una revisión media puede costar entre 100 y 150 euros, lo que supone un gasto importante para el bolsillo de los ciudadanos. «La gente se aprieta el cinturón. Si hay que cambiar las pastillas y el disco de frenos, el cliente opta por una de las dos cosas para ahorrarse algunos euros. Además, ahora en verano son muy típicas las averías a causa de las altas temperaturas y las facturas casi nunca bajan de los cien euros, dinero que supone un extra considerable en estos meses de vacaciones», asegura. En algunos talleres se buscan soluciones para que las facturas de los clientes disminuyan el máximo posible. Mariano Romero, dueño de un taller en la capital gaditana, ha optado por no cobrar la mano de obra en las revisiones. «En una revisión rutinaria intentamos cobrar lo justo. De esta forma, fomentamos que el cliente traiga su coche a su debido tiempo».

Nuevos precios

El caso de los cambios de los neumáticos es similar. Las recomendaciones de los mecánicos sobre cuándo deben cambiarse no siempre son seguidas por los clientes. «Existe una lista de mantenimiento según los modelos de los coches y los kilómetros que éstos hayan recorrido pero si se deben cambiar a los 40.000 kilómetros, la gente los cambia a los 60.000. No suelen fijarse en las ruedas de sus coches y no se dan cuenta de que el caucho envejece y puede llegar a ser peligroso», asegura Gestoso. «Con las baterías ocurre algo parecido, la gente se espera al último momento. Incluso hay gente que la carga y prefiere continuar con la misma». Y es que las baterías es una de las piezas que ha sufrido un mayor incremento de precio en los últimos tiempos. La subida se debe fundamentalmente al alto coste de los materiales que la componen, especialmente el plomo. Un material que por su alto nivel contaminante se intenta eliminar paulatinamente del mercado. «Una batería hace un año costaba 60 euros y ahora ronda los 90», comenta Ana, administrativa de un taller de mecánica y electricidad de Sanlúcar.

Nuevas medidas

La Asociación provincial de Talleres de Reparación de Automóviles (ATRA) comienza a reaccionar ante la crisis que sufren los trabajadores de su sector. Tras varias llamadas por parte de los propietarios de los talleres dando la voz de alarma, la asociación, que acoge a más de 300 talleres de toda la provincia, piensa poner en marcha un sistema para valorar de forma exacta la situación actual. Para ello, se está preparando un cuestionario tipo sondeo para ver cómo esta afectando la crisis a la provincia.

Carlos Cidoncha, asesor técnico de la asociación, cuenta que «queremos saber con exactitud por qué situación están atravesando los talleres en la provincia, si afecta a todas las zonas por igual, etc. Lo que sí es seguro es que la actividad en las reparaciones ha caído mucho desde enero». Este cuestionario se difundirá por todos los talleres de la provincia durante septiembre para valorar también la actividad en los meses de verano. «Es importante también diferenciar a qué tipo de talleres está afectando más la crisis. No es lo mismo, por ejemplo, un taller de mecánica general que uno de chapa y pintura. El motivo es claro, si se trata de un motivo estético el cliente no repara el coche, a no ser que su seguro se haga cargo. Sin embargo, si se trata de una revisión por mantenimiento llega un momento que el cliente no tiene más remedio que acudir al taller. Aún así en este tipo de talleres la actividad se retiene, no sólo en las revisiones que se realizan por iniciativa propia del propietario del vehículo sino también las que se llevan a cabo cada cierto tiempo por ser obligatorias».

Para ATRA, el hecho de que se haya producido una bajada importante en la venta de coches en la provincia y la reducción de la actividad en los talleres es una paradoja, «al venderse menos coches, la post-venta, es decir, las reparaciones, tendrían que subir». Para evitar estas cifras la asociación provincial se está planteando crear un nuevo método de financiación. «La intención es ofrecerle alternativas a los clientes para acomodarle el pago» Así, si el cliente no dispone de efectivo suficiente, se contrataría un sistema de financiación a plazos. Algo que ya existe en algunos talleres pero que pretende generalizarse.