El pacto se resquebraja

No hace ni un mes, en el transcurso de una rueda de prensa para ofrecer el balance del primer año de su gestión al frente del Ayuntamiento de Chiclana, el primer teniente de Alcalde, José Pedro Butrón (IU), corregía una apreciación del primer edil, Ernesto Marín (PP), sobre la nota que éste se daba en los primeros doce meses del cuatripartito.

Este detalle, anécdota que no pasó desapercibida durante la comparecencia de los portavoces de los partidos que suscribieron el pacto, sirve para escenificar la situación por la que atraviesa una coalición de Gobierno que desde la oposición del PSOE se ha venido calificando todo este tiempo de «antinatura».

Precisamente, este calificativo es, a juicio de los socialistas, «lo que motiva la crispación, la crisis y el parón de una ciudad emergente como era Chiclana, ahora convertida en la población donde más sube el paro».

Sea como fuere, el cuatripartito no pasa por su mejor momento. De la resaca electoral ha pasado más de un año, y los grandes proyectos que tenía atados la ciudad se han ralentizado o estancado por completo.

Es el caso del tren-tranvía, que sigue sin recorrido alternativo pese a que el alcalde ha repetido hasta la saciedad que pondría a trabajar en ello a los técnicos municipales. Unos de los problemas fundamentales con los que ha tenido que enfrentarse Marín y su Gobierno ha sido precisamente ése; el enfrentamiento constante con altos cargos de muchos departamentos, que incluso han desatado las críticas, por primera vez en la historia reciente de la localidad, de los sindicatos y las Federaciones de asociaciones de vecinos al unísono.

La gota que colma el vaso es el enfrentamiento interno que se ha desatado en IU. El principal valedor del Gobierno de Marín, con tres concejales, tras apartar a su concejal Nadine Fernández podría haber puesto en bandeja la moción de censura al PSOE.

En los pasillos del Ayuntamiento ya se comentan que el Congreso Provincial de los socialistas, celebrado este fin de semana, ha supuesto el pistoletazo de salida a las negociaciones para romper el cuatripartito. Incluso, en el PP ya hay quien comenta que sería mejor dejar escapar la Alcaldía y preparar con garantías y sin ataduras ni el lastre de otras siglas políticas la carrera para las elecciones de 2011.