POR BARRIOS. El estudio desvela desigualdades entre diferentes áreas de la localidad. / J. C. C.
Jerez

Los jerezanos con nivel económico y social bajo viven hasta seis años menos

El primer Informe sobre Salud y Desigualdades en Andalucía revela que «las personas con menos renta han acumulado más factores de riesgo en su vida»

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El primer Informe sobre Desigualdades y Salud en Andalucía -elaborado por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública- revela que la diferencia de esperanza de vida entre jerezanos con mayor y menor nivel socioeconómico alcanza los seis años en el caso de los hombres y cuatro entre las mujeres. Esta desigualdad -que puede parecer en un primer momento exagerada- «se encuentra en todas las ciudades de España y en el extranjero; es una realidad», insiste el editor del documento y epidemiólogo, Antonio Escolar. «En Washington la diferencia de esperanza de vida entre los barrios pobres y ricos es de veinte años», añadió.

«Los que viven en la avenida Álvaro Domecq tienen más renta que los que están en San Benito y es ahí donde aparecen las desigualdades», continuó el médico. Eso sí, esta circunstancia conlleva muchos componentes «que se han ido acumulando. Las personas de nivel socioeconómico más bajo han sufrido más exposiciones de riesgo y sus condiciones de vida han sido peores, en general». El especialista explicó que «los riesgos de contraer una enfermedad tienen que ver con la exposición a lo largo de la vida: si una persona ha trabajado respirando aire contaminado o ha fumado es distinto a que si tiene un trabajo cómodo, sin estrés y ha practicado deporte». Otros factores como la alimentación o la educación son claves para entender las conclusiones que arroja el cruce de datos estadísticos. «Aparte de imprevistos, el resultado final es que la enfermedad sea producto de todo eso», confirmó.

Esta merma de la esperanza de vida «es más notable entre los 35 y los 64 años» pero la de Jerez no es la más acusada. Sin ir más lejos, en la capital gaditana la diferencia entre los hombres se eleva hasta los ocho años mientras que en las mujeres se mantiene en cuatro. Aunque, en líneas generales, la esperanza de vida aumenta, lo cierto es que «no se tienen en cuenta estos parámetros», contó Escolar. «Es de una lógica aplastante».

Lo biológico

«El componente biológico también juega su papel pero condicionado por todo lo demás: clase social, nivel de renta, las condiciones de la vivienda...No es lo mismo nacer en una familia pobre que en una acomodada donde se preocupan por ti», aseguró el epidemiólogo que no dudó en corroborar que «las variables sociales con más importantes que las biológicas. No hay dos especies diferentes de jerezanos, lo que les diferencia son sus condiciones de vida».

Desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Andalucía indican que «aunque mucho de lo que observamos tiene que ver con el pasado, el daño se puede amortiguar si se invierte más en políticas sociales, en apoyo a la tercera edad, en cuidados domiciliarios, si se mejora la calidad de las viviendas, de la alimentación o del transporte... Lo acumulado se podrá mitigar. En caso contrario -explica Antonio Escolar- las desigualdades no van a desaparecer».

El estudio andaluz-que ha tenido en cuenta variables como el desempleo, el nivel de cualificación profesional o la educación- está centrado en el núcleo urbano de Jerez y no contempla la población de las pedanías y barriadas rurales porque «vivir en el campo puede influir y la ciudad es más homogénea».

vmontero@lavozdigital.es