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La Policía indaga en la hipótesis del crimen pasional como móvil del doble tiroteo

El ajuste de cuentas por drogas fue una línea que siguieron porque el primer herido estuvo implicado en una partida de hachís hallada en un barco militar

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El abanico está completamente abierto hasta el punto de que la Policía Nacional no quiere desprenderse de ninguna hipótesis sobre lo ocurrido en la madrugada del pasado sábado en El Marquesado, donde una joven de 19 años, Tamara Leyton Agüera, murió en un tiroteo protagonizado por dos jóvenes que también alcanzaron a tres miembros de su familia -su madre, un hermano y un sobrino- y que estuvo precedido por un primer ataque en la vivienda de un ex militar. Fuentes policiales confirmaron que entre las líneas de investigación que mantienen abiertas está el crimen pasional, ya que la violencia demostrada por los autores, que llegaron a descargar más de una veintena de cartuchos en los dos tiroteos, es síntoma de que los asesinos querían asegurarse de perpetrar una masacre.

Entre las primeras pesquisas llevadas a cabo ha sido conocer la faceta personal e íntima de los afectados en el doble tiroteo, elaborando un listado de nombres de personas que han estado vinculados sentimentalmente con todos los afectados. A algunos de ellos los han interrogado, pero las mismas fuentes señalaron que por ahora no se ha obtenido ningún dato revelador.

En ese mismo callejón sin salida se han encontrado los agentes de la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) de la Comisaría Provincial cuando explotaron la hipótesis del ajuste de cuentas por un asunto de drogas. Ésta fue la primera línea de investigación que abrieron, junto a la del robo, al tener constancia de que uno de los heridos estuvo implicado en el pasado en la aprehensión de una partida de hachís que fue encontrada en el interior de un barco militar. Manuel S. G., de 43 años, que perteneció al Ejército, reconoció ayer este episodio pasado, si bien dejó claro que al final se demostró que él no tuvo ningún tipo de responsabilidad en lo ocurrido. Ese antecedente fue lo que motivó que en un primer momento se incorporara al caso el equipo de Estupefacientes de la Comisaría de El Puerto. Sin embargo, las mismas fuentes consultadas aseguraron que es «poco probable» que esté relacionado con el doble tiroteo.

Sin vinculación

También se ha indagado en la posibilidad de que los asesinos irrumpieran en las dos viviendas de El Marquesado para robar en ellas, teniendo en cuenta que se produjo un robo en la misma barriada, y que había un precedente anterior, como ya publicó LA VOZ en su edición del domingo, en El Berrueco, dentro del término municipal de Medina Sidonia. En ese incidente un hombre resultó herido con una escopeta de caza que emplearon cuatro individuos que entraron en su finca, también de madrugada. Sin embargo, como se informaba el pasado fin de semana, existen circunstancias que no coinciden: en la finca asidonense el propietario pilló a lo ladrones cuando rebuscaban en su coche y en una caseta anexa, mientras que en El Marquesado los jóvenes armados no hicieron ningún ademán de llevarse algo, simplemente abrieron fuego. Además, en Medina actuaron dos personas y no cuatro. Fuentes cercanas al asalto del mes de junio lo desvinculan por completo y aseguran que no tiene nada que ver.

En cuanto al robo que sufrió un matrimonio de El Marquesado, la Policía ya detuvo a cuatro menores, que tampoco están relacionados con la muerte de Tamara, como ya informara también este periódico.

La UDEV se enfrenta a una dificultad añadida y es que no tienen una descripción clara de los dos individuos que cometieron el doble tiroteo. Los testigos sólo han aportado datos muy difusos porque los autores actuaron en una noche sin luna y según algunos testimonios, trataron de ocultarse entre los matorrales que rodean la finca de los Leyton Agüera al tiempo que disparaban.

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