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Ahora los titulares le tocan a ZP

A Rajoy se le pasó el cuarto de hora de protagonismo, ese del que, según Jefferson, goza todo el mundo, y cede el testigo a Zapatero. Yo diría que al líder del PP no le han salido mal las cosas, y que a ZP podrían no salirle del todo mal, si pone empeño en ello, que ya sabemos que lo pone. El presidente del gobierno, tras cometer un error de bulto al no ser él quien pidiera comparecer ante la Cámara, tendrá que acudir el miércoles al Parlamento para hablar del concepto maldito, la crisis económica, urgido por los demás grupos parlamentarios. Y luego, sin duda para relajarse, tiene ante sí, el fin de semana, un congreso presumiblemente triunfal, el XXXVII congreso federal del PSOE, en el que, por segunda vez consecutiva, nadie cuestiona su liderazgo, ni se escucha la menor voz crítica a su gestión.

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Serán dos apariciones distintas, aunque sabemos que Zapatero, que es mucho más concienzudo de lo que algunos creen, las está preparando a fondo en el escaso tiempo libre que le dejan los viajes, las apariciones estelares con interlocutores 'famosos' o las 'photo opportunity' buscando compartir algo de la buena racha de la selección nacional. La primera, la del miércoles ante el Congreso de los Diputados, va a ser difícil y bronca: una cosa es acudir al terreno favorable del Consejo Económico y Social para desgranar algunas medidas de parcheo contra la nunca expresamente denunciada crisis económica, y otra subir al atril de la Cámara Baja, donde le van a vapulear sin compasión desde el grupo Popular hasta los de Esquerra Republicana de Catalunya o Izquierda Unida.

Todos van a rivalizar, me parece, por ver quién denuncia en voz más alta la «inactividad», la «pasividad», los «errores» o «las mentiras» del gobierno a la hora de ofrecer a los ciudadanos sus proyecciones económicas. Y conste que los entrecomillados no son míos: todas esas, y muchas más, son palabras pronunciadas por dirigentes políticos de pelaje variado en los últimos días.

El problema es que Zapatero, aunque ha recibido un curso acelerado de muchas cosas -poco tiene que ver este ZP con el diputado que llegó a la secretaría del PSOE en 2004-, sigue teniendo carencias serias en materia económica y en el ámbito internacional, por poner los dos ejemplos más evidentes.