Israel confina a Hamás en la franja de Gaza tras la ruptura de la tregua

Ni una semana en paz han logrado mantenerse Israel y las facciones palestinas de Gaza en cumplimiento del acuerdo de 'calma mutua' que se comprometieron a aplicar desde el pasado día 19. Ayer, las acusaciones recíprocas de «violación de la tregua» arreciaban y también el temor a un desencuentro fatal después de que el Gobierno hebreo decidiera cerrar hasta nueva orden los pasos fronterizos por los que entran mercancías a la Franja. Se trata de las terminales de Karni, Sufa y la de importación de carburantes de Nahal Oz, las mismas que el domingo habían empezado a recuperar lentamente cierta normalidad en virtud del pacto que ya amenaza con resquebrajarse.

Israel adoptaba la medida por decisión del ministro de Defensa, Ehud Barak, en respuesta al lanzamiento el martes a territorio judío de cuatro cohetes artesanales Qassam, que Yihad Islámica reivindicó en venganza por la muerte, la misma madrugada, de uno de sus líderes en Naplusa, en Cisjordania, donde no rige la tregua, sólo vigente en Gaza.

Comprometida en principio con el acuerdo de calma, Yihad Islámica siempre dejó claro que no reconocería tal separación y que se reservaría el derecho a contestar toda operación militar hebrea en suelo cisjordano, amén de cualquier ataque en la Franja.

Una advertencia que renovaban ayer, desafiantes, a cuenta de un oscuro incidente ocurrido en el pueblo de Juza, cerca de la frontera de Gaza, en el que un granjero palestino de 81 años resultó herido en un brazo y una mano, según su familia y Hamás, debido a un disparo del Ejército judío. «Responderemos a cualquier violación sionista en el tiempo adecuado», repetía el portavoz de Yihad Islámica, Abú Hamza.

La actitud combativa de la organización radical ponía ayer en un compromiso a los jefes de Hamás, que incapaces de contener los ánimos de la milicia vecina, reiteraban su intención de respetar lo pactado, aunque dejando claro que sus fuerzas no confrontarán a las que disparen cohetes desde Gaza.

«Aún cuando haya violación de parte de algunas facciones, Hamás enfatiza su compromiso hacia la tregua y trabaja para materializarla», decía el dirigente islamista Jalil al-Haya. «Pero nosotros no seremos un cuerpo de policía que vigile la frontera de la ocupación. Nadie disfrutará viendo a Hamás apuntando con un fusil a un luchador de la resistencia», agregó el responsable palestino.

En consultas de seguridad llevadas a cabo el martes por la noche, Israel valoró reaccionar con ataques selectivos contra Yihad o un mayor endurecimiento del bloqueo. No obstante, según el diario kuwaití 'Al-Kabas', el presidente egipcio, Hosni Mubarak, tiene garantías del primer ministro hebreo, Ehud Olmert, de que no habrá «agresiones» si una facción quiebra la calma acordada.

Por su parte, una de las tres milicias responsables de la captura hace dos días del soldado israelí Guilad Shalit destacó que la resistencia es la mejor manera de presionar a Israel, especialmente cuando se trata de hacer prisioneros. «La resistencia ha alcanzado un logro significativo al anotarse la primera operación de captura de un soldado israelí en una batalla militar desde el comienzo de la Intifada», manifestó Abu Mujahed, portavoz de los Comités Populares de la Resistencia.