Un agricultor se protege del frío mientras monta guardia en la Ruta 9, cerca de San Pedro, provincia de Buenos Aires. / AFP
MUNDO

Los camioneros argentinos se suman al conflicto del campo

Bloquean las carreteras porque el paro de los productores rurales les ha dejado sin trabajo

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Un nuevo actor se encaramó en el intrincado conflicto que enfrenta al Gobierno de Argentina con el campo desde hace casi 90 días y amenaza con el desabastecimiento de alimentos frescos en las ciudades. Se trata de los conductores y dueños de camiones de carga, que mantienen bloqueadas las principales carreteras del país desde el martes en protesta porque el paro de los productores rurales les resta ingresos vitales.

«No podemos aguantar más, estamos prácticamente sin trabajo desde hace 90 días. Se lo dijimos al Gobierno y al campo», asegura Daniel Vilanova, de la Federación de Transportistas Rurales Argentinos. «Los productores tienen espalda para resistir. Levantaron la cosecha y la guardaron. Pero nosotros si no cargamos el cereal no cobramos», se quejó.

Antes solidarios con los productores, los chóferes dijeron basta y se lanzaron a las carreteras, escenario de las protestas de las asociaciones gremiales agropecuarias, con sus propios reclamos. Fue después de que los productores anunciaran un nuevo paro de la venta de granos para exportación, que se prolongaría, en principio, hasta el próximo lunes.

Los camioneros no se limitaron a los cereales. Para acelerar el conflicto, frenaron todos los vehículos con productos del campo y combustible. «Si no nos dejan pasar el grano, no llevamos nada», se plantaron. La decisión complicó a muchos que ya habían emprendido el viaje. Chóferes que salieron de la provincia de Córdoba para un viaje de 12 horas llegaron tres días después a la mitad del trayecto y muchos con la mercadería ya casi perdida.

Camiones que llevaban leche tuvieron que arrojar miles de litros del fluido a la vera de los caminos. Vehículos con ganado en pie no llegan para ser faenados, y frutas y verduras se echan a perder dentro de las cabinas de frío. También hay productos lácteos que no llegarán al destino, y ayer comenzó a advertirse la escasez y encarecimiento de productos en comercios de Buenos Aires y otras ciudades.

El desabastecimiento ya se había registrado a fines de marzo, en la primera etapa del conflicto que comenzó el 12 de ese mes. En aquel momento, el bloqueo de los productores impidió por completo el paso de camiones con alimentos. Pero desde entonces los agricultores no volvieron a adoptar esa medida que les resta apoyo social a sus reclamos. Ahora los transportistas arruinaron su estrategia.

Las entidades del campo protestan por la decisión del Gobierno de Cristina Fernández de aumentar el impuesto a las exportaciones de oleaginosas. La esposa del ex presidente Néstor Kirchner sostiene que si los productores agrícolas pueden estar 90 días sin trabajar «es porque ganan mucho dinero» y se mantiene en la negativa a ceder.

La Federación Agraria Argentina, una de las entidades que convocó a la protesta, consideró que si bien el reclamo de los transportistas es comprensible y legítimo, resulta funcional al Gobierno, que hizo algunas concesiones para moderar el impacto de los aumentos entre los pequeños productores, pero siempre en el marco de una retórica muy intransigente, que responsabiliza al campo de una eventual escasez.

El Gobierno considera que el sector agropecuario tuvo en los últimos años una renta extraordinaria debido a la demanda creciente de soja de India y China, y asegura que destinará el aumento del tributo a una mejor distribución de la riqueza. En cualquier caso, la mayoría de los argentinos exigen en las encuestas una negociación y manifiestan su rechazo a un estilo de Gobierno que prefiere la confrontación al dialogo.