Un ejemplar atendido. / LA VOZ
Sociedad

La contaminación provoca una oleada de varamientos de cetáceos en el litoral de Cádiz

Ecologistas en Acción acudió el sábado a Conil y Vejer para atender a otras dos tortugas

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El grupo Delphis, que gestiona la red de voluntarios de asistencia a varamientos de Ecologistas en Acción de Cádiz, acudió el sábado a los varamientos de dos tortugas que llegaron a las playas de Conil y Vejer de la Frontera, con lo que el número de varamientos atendidos en lo que va de año asciende a 30. El grupo ecologista explicó que el sábado llegó al término municipal de Conil una tortuga laúd que es la mayor de todas las tortugas vivientes. Este ejemplar alcanzó una longitud de 1,28 metros. Una segunda tortuga llegó a la playa de Castilnovo, una boba , «más común en nuestras aguas que la anterior». La tortuga varada presentaba un corte limpio en la parte trasera del caparazón, lo que podría deberse a una hélice de embarcación. También presentaba una gran cantidad de parásitos, lo que induce a pensar que estuvo un tiempo enferma en el mar y murió tiempo más tarde.

«Muchas de las especies marinas que frecuentan las costas gaditanas se encuentran amenazadas a causa de la pérdida de hábitat ocasionada por la contaminación de las aguas litorales, el urbanismo descontrolado, la sobreexplotación pesquera y el tráfico marítimo», expuso el colectivo.

Con estas dos tortugas, otra que llego a Chipiona el miércoles y un delfín mular al Puerto de Santa María el jueves son ya 13 varamientos de cetáceos y 17 de tortugas marinas en lo que va de año, es decir, un total de 30 animales en tan sólo cinco meses.