TRANQUILIDAD. Entrada a Cumbres de Enmedio.
ANDALUCÍA

Los andaluces, con menos esperanza de vida

Un informe revela que la longevidad de los ciudadanos en la Comunidad es hasta dos años menor que la de la población en otras regiones

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SIEMPRE tiene una buena palabra para el forastero. A poco que entabla conversación, y dependiendo de la hora del día, se pone a preparar café como introducción a una amena tertulia. Y Gervasio tiene mucho que contar. Tiene 96 años. Enviudó hace ya demasiado tiempo. Se las arregla bien solo. Nadie cuida su casa, él quiere hacerlo todo. Al menos, hasta que pueda.

A Gervasio es fácil localizarlo. Su casa da a la plaza principal de Cumbres de San Bartolomé, un coqueto pueblo serrano de la provincia de Huelva a medio camino entre Badajoz y Sevilla. Forma parte de la denominada ruta del jamón y dista cuatro kilómetros de Cumbres de Enmedio, el segundo pueblo de Andalucía con mayor número de personas mayores de 65 años censadas.

Tal vez Gervasio nunca lea este reportaje, pero su caso contradice en parte las estadísticas que sustenta el 'Primer Informe sobre Desigualdades y Salud en Andalucía'. Uno de ellos asegura que las desigualdades que presenta Andalucía respecto a la media española -fundamentalmente en materia económica-, colocan a la Comunidad andaluza con un retraso de seis años en cuanto al proceso de mejora de la esperanza de vida de su población, lo que impide que hasta el 2014 los andaluces disfruten de los niveles de esperanza de vida que en la actualidad ostentan ya de media los españoles y que se sitúa en los 80,23 años, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), referido a 2005. De media, las mujeres viven 83,48 y los hombres 76,96. Los andaluces, sin embargo, es más de un año y tres meses menor, alcanzando los dos años y medio si se compara con las comunidades más aventajadas como Navarra.

Canas

Gervasio, con 96 años, entraría dentro del capítulo de excepciones. En realidad, el 14, 70% de los ocho millones de andaluces han superado ya la frontera de los 65 años. La mayoría de ellos, como Gervasio, vive en pueblo de menos de 5.000 habitantes, aunque las ciudades de nuestra comunidad comienzan a poblarse de canas. La falta de recursos, por lo tanto, incide en la longevidad. En 2005, el porcentaje de hogares situados por debajo del umbral de pobreza en Andalucía era de uno de cada tres frente a uno de cada cinco en el conjunto nacional, según se destaca en el mencionado informe, elaborado a lo largo de los dos últimos años por varios expertos. Uno de ellos, el catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante Carlos Álvarez-Dardet, asegura: «De seguir con la actual tendencia, Andalucía no sólo tendrá que esperar hasta el 2014 para alcanzar la esperanza de vida que se disfruta ya en España, sino que habrá de esperar hasta el año 2020 para llegar al nivel de comunidades como Navarra».

De igual modo, apunta al hecho de que las desigualdades respecto a España no sólo se circunscriben al ámbito de la longevidad, sino que también se extienden a la calidad de vida con la que viven los andaluces, medida mediante la 'Esperanza de Vida Libre de Discapacidad'. Así, esta investigación revela que los indicadores de calidad de vida arrojan que los andaluces viven en peor estado de salud y con más discapacidades que la media del Estado español, según indicó Álvarez-Dardet en una información recogida recientemente por Europa Press.

El catedrático considera especialmente preocupantes las tasas de prevalencia de discapacidades en la población andaluza a partir de los 65 años. «En particular en las mujeres, tanto por sus elevados valores como por afectar a un sector de población cada vez más numeroso», comenta. En cuanto a la distribución geográfica de la mortalidad según la zona de la comunidad donde se resida, este estudio, editado por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, sostiene que la mortalidad presenta un patrón de este-oeste. Así, revela que en la Andalucía Occidental los niveles de mortalidad son más elevados. Este hecho se explicaría ante el mayor predominio urbano y desarrollo industrial, frente a la parte oriental, donde predominan los municipios rurales. Las capitales a las que más mortalidad se le puede atribuir a las desigualdades sociales se situarían Granada, Almería y Córdoba. Tres ciudades que también forman parte de los municipios españoles con mayor mortalidad.

Las mujeres, peor

La situación socioeconómica influye en la esperanza de vida en Andalucía de una forma meridiana, pero este trabajo también añade el baremo del sexo del individuo como determinante. Este trabajo revela que más de la mitad de las mujeres andaluzas se identifican como amas de casa, ostentando, en relación con los hombres, peores posiciones en nivel de estudios, trabajo remunerado y ocupación. Al hilo de ello, sostiene que las mujeres andaluzas expresan una peor salud percibida que los varones, aumentando estas diferencias con la edad y alcanzando un máximo en el grupo de 45 a 54 años. Aunque la peor percepción la muestran personas de estratos sociales menos privilegiadas, esta investigación revela que incluso las mujeres de clases privilegiadas tienen peor salud que los hombres de estratos menos favorecidos.

La situación laboral invierte esta correlación. Destaca la existencia de un mayor número de hombres con salud deficiente entre aquellos que están en situación de desempleo (18,8%), seguido de aquellos que trabajan sin contrato (14,6%). En las mujeres, en cambio, la peor salud se da entre las que trabajan por cuenta propia o no son asalariadas (21,9%), seguido de las que trabajan sin contrato de trabajo (18,6%). También influye el área de residencia. El sedentarismo, poco recomendable para cuidar el cuerpo y la mente, se hace más evidente en los barrios urbanos sin zonas verdes.