TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Dos gaditanos en el lobby boquerón

El creciente poder de los políticos malagueños en el hinterland de José Luis Rodríguez Zapatero ha llevado a acuñar el término de lobby boquerón, que incluiría a referentes de primer nivel como su anterior jefe de gabinete José Andrés Torres Mora, uno de los cinco cerebros que redactan la ponencia política que el PSOE debatirá en su próximo Congreso Federal, o Bernardino León Gross, un diplomático de primer nivel que, tras presidir la Fundación de las Tres Culturas y ejercer como segundo de a bordo de Miguel Ángel Moratinos durante su primer mandato como ministro de Exteriores, forma parte ahora del sanedrín de La Moncloa como secretario general de la Presidencia del Gobierno. Lo curioso es que haya dos gaditanos en dicho paquete. Al menos, de nacimiento, ya que ambos contrajeron domicilio hace mucho tiempo atrás en la provincia malagueña y sus vínculos con Cádiz son más discutibles. Se trata, claro, de la isleña Magdalena Álvarez, que repite como ministra de Fomento, pero también cuenta con similar origen su jefe de gabinete, Enrique Salvo Tierra, nacido hace 51 años en Algeciras. Ni que decir tiene que ambos suponen dos piezas claves en los proyectos de dicho Departamento que deben acometerse de cara a Cádiz 2012.

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Habida cuenta de que, para la política territorial, a veces trae más cuenta un secretario de Estado que un ministro, tal vez valga el mismo aserto para la dirección de un gabinete. ¿Y quién es Enrique Salvo? Hijo de un humilde y trabajador marmolista algecireño que le enseñó a pintar, él se licenció en Ciencias por la Universidad de Granada y se doctoró por la Universidad de Málaga, de donde es profesor del Departamento de Botánica. De hecho, también ha sido Vicerrector Adjunto de Ordenación Académica y Profesorado, y Secretario General de la Universidad de Málaga. Posteriormente, fue Vicepresidente del Consejo Escolar de Andalucía y Director General de Participación y Servicios Ambientales de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, desde donde le tocó vivir el desastre de Aznalcollar. Toda una experiencia que terminó trasladando a trincheras de otro orden como cuando en octubre de 2000, fue nombrado Delegado Provincial de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía en Málaga y, luego, cuando asumió el cargo de portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Málaga.

Ecologista convencido, buena parte de su querencia política se centró en el Urbanismo, pero en su vida profesional se centró en un aspecto singular, el de ciertos helechos, como el psilotum nudum, descubierto por la británica Betty Molesworth. De hecho y dado que sólo se encuentran en el Campo de Gibraltar, 25 años atrás, Salvo promovió un congreso internacional en torno a esta rara especie de más de cuatrocientos años que comparte espacio con otros helechos en peligro de extinción como el Cristella Dentata. Sus inicios políticos se situaron, por entonces, en torno al Partido Socialista Popular de Tierno Galván, quien le sentenció: «Usted será un magnífico número dos».

Seguro que será un buen número dos a bordo del equipo de Magdalena Álvarez. Todavía es pronto para decirlo cuando el lobby gaditano también empieza a tomar cuerpo en la capital del Reino.

En los actuales tiempos revueltos del PP, se llegó a barajar la posibilidad de que Arenas volviera a la secretaría general de dicho partido durante el congreso de junio. No será así aunque la fidelidad de los compromisarios andaluces a Mariano Rajoy parece plena, incluyendo la del jerezano Miguel Arias, que estaba de morros por su degradación al puesto número 8 del PP por Madrid, pero que ha recobrado color político con su confirmación como portavoz de su grupo en materia económica en el Congreso, pasando por encima de su rival Manuel Pizarro. El PP cicatriza sus heridas gaditanas e incluso Jesús Mancha, que quedó fuera de la lista al Parlamento de Andalucía, ha sido elevado a las alturas del consejo de la RTVA junto con Jorge Moreno.

El lobby gaditano en Madrid incluye, por supuesto, a la ministra Bibiana Aido y al jerezano Gabriel Alconchel Morales, flamante director general del Instituto de la Juventud que ya en su día presidiera el Consejo Provincial de Jóvenes de Cádiz y liderase las Juventudes Socialistas en esta misma provincia. Pero más allá de las capitales, están las provincias y, en la vieja Cádiz pendiente como siempre que el Estado le saque las castañas del fuego, al menos, ya empieza su tradicional baile de delegados en Cádiz, incluyendo al alcalaíno Gabriel Almagro, una feliz recuperación para la política al asumir la delegación de la nueva Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, que titula Juan Espadas. A Almagro no le falta experiencia en dicha cuestión y goza de la confianza del secretario general del PSOE provincial, Francisco González Cabañas que, a fin de cuentas, es quien visa este tipo de nombramientos: el actual panel de delegados parece mantenerse, a excepción de dos casos. El de Cultura, en donde Dolores Caballero será sustituida el marte por la concejal socialista de Los Barrios Yolanda Peinado, y en Agricultura y Pesca, pues quizá su titular Juan Antonio Blanco se vea ascendido dentro de dicha Consejería. Todo sea por la Pepa.