Opinion

La privatizada Feria de Sevilla

Hace unos días al tener la posibilidad de conocer la Feria de Sevilla por vivir y estudiar temporalmente en esta ciudad, fui junto con mi pareja el sábado por la mañana a pasear por las calles del real. Y ciertamente me sorprendí, y me sorprendí no por la belleza de sus calles, o el arte de sus viandantes, que no es que no lo tuvieran, sin embargo, me llamó mucho más la atención que la que se supone ser la Feria referente en Andalucía, es la fiesta más privatizada de ésta.

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Me desagradó que al no tener ninguna caseta privada, no tuviéramos ningún sitio donde comer, exceptuando claro está, las casetas de los partidos políticos y las casetas rebosantes de los distritos de acceso libre. Tuvimos una sensación muy amarga al no poder degustar los platos típicos de la Feria sevillana y al observar que todas las casetas estaban parapetadas por guardias de seguridad y por vallas cerradas con cerrojos, como si de una gran superficie se tratara.

Una fiesta, desde mi punto de vista, totalmente localista dirigida para las personas con recursos económicos, que no tienen problemas para solventar los gastos derivados de poseer una caseta en el real. Y que me perdonen los sevillanos, y mis compañeros juristas, pero como la feria de El Puerto ninguna, donde sea, la hora y el día que sea, da gusto tomarse unas tapitas en Afanas, o en las distintas casetas de las hermandades de nuestra ciudad, y, cómo no, en la caseta del Partido Andalucista, donde nadie te prohíbe bailar unas sevillanas de la mano de una copa del vino de nuestra tierra.

Manuel Raposo Soriano. Responsable de Juventud del Partido Andalucista de El Puerto.