CHARLETAS GADITANAS

Las bodegas de Cádiz

Cuando hablo de las bodegas de Cádiz no me refiero a las de la provincia, como pueden ser las de Jerez, Sanlúcar, El Puerto o Chiclana. Lo hago de las que hubo en Cádiz capital.

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En la avenida de San Severiano de hoy estaban ubicadas las de Manuel Gómez, que más tarde se trasladó a El Puerto, y las Lacave y Cía. Ambas bodegas estaban juntas y el sistema de transportes, que en aquellos tiempos era caso todo por ferrocarril, tenía la ventaja de que el vagón llegaba hasta la misma puerta, ya que existían vías para ello. Igual pasaba con algunas industrias que había por aquella demarcación.

En la avenida de Portugal, que antes se llamó Adriano, estaban las bodegas de Abarzuza, locales que también fueron en su día la casa Ford, dedicada a la automoción. También en la misma avenida de Portugal había otra que se llamaba bodegas Serdio. Ésta era más pequeña que las otras y también disponía de un despacho en la calle Sopranis.

Todas estas bodegas no eran de vinos muy renombrados, pero sí de una clase media, y prueba de ello es que tenían una cierta aceptación entre sus clientes. A esto se unía que tenían un precio aceptable.

Era muy corriente ir a estas bodegas a comprar la media arroba de algunos de sus productos para celebrar cualquier evento, que en aquellos tiempos se hacían normalmente en los hogares familiares. Esto unido también a una visita a uno de los muchos cocederos de mariscos que había en Cádiz, y que dicho sea de paso bordaban la elaboración, hacía presagiar una fiesta agradable.

Y que conste que también había otros productos para acompañar estos caldos: aquellos chicharrones, butifarras, morcillas, etcétera, que tan ricamente elaboraban nuestros carniceros del Mercado.