REVISTA. La ministra de Defensa ante las tropas que le rindieron honores. / AFP
ESPAÑA

«Capitán, mande firmes»

Carme Chacón destaca que su designación es una muestra de la integración de las Fuerzas Armadas en la sociedad

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«Capitán, mande firmes». La frase ritual resonó en el patio de armas del Ministerio de Defensa y sonó distinta. Fue la primera orden de Carme Chacón, la mujer que desde ayer gobernará las Fuerzas Armadas en la historia de España, uno de los países de tradición militar más antigua que se remonta al siglo XVI. En la ceremonia solemne de relevo, la más vistosa de todas las celebradas este lunes, la ministra de Defensa destacó que la designación de una mujer para gobernar este departamento demuestra la «fusión plena» entre la sociedad española y sus ejércitos.

«Que una mujer asuma la tarea de dirigir el Ministerio de Defensa es una prueba de la integración e identificación entre la sociedad y las Fuerzas Armadas», afirmó la nueva ministra, embarazada de siete meses, ante la plana mayor del Gobierno, la cúpula militar, decenas de generales, altos cargos y familiares de soldados fallecidos en operaciones de paz. La defensa de España, explicó, «mejora por la inteligencia y valor de las mujeres, que se suma a la inteligencia y valor de los hombres». Por eso, prometió que durante su mandato fomentará la «incorporación y promoción» del personal femenino. Chacón se dedicó a disipar las dudas sobre su idoneidad y a ensalzar el trabajo de los militares dentro y fuera de España. Asume esta responsabilidad, dijo, «movida por el profundo amor a nuestra España unida y diversa, a la paz y a la libertad, un sentimiento que me acompaña desde que tengo uso de razón». Tras pasar revista a las tropas acompañada por su predecesor y por el jefe de Estado Mayor de la Defensa, cerró su discurso con dos discretos vivas a España y al Rey, que la tropa secundó con gran energía.

Celestino Corbacho eligió el mayor salón del ministerio para asumir la cartera de Trabajo e Inmigración, y el recinto se llenó a rebosar. Los líderes de CC. OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, no quisieron perderse el acontecimiento. En cambio el presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán no acudió. Jesús Caldera también acaparó felicitaciones.

Corbatas

En Industria, Miguel Sebastián evocó al final de su intervención la figura de su padre, técnico comercial del Estado fallecido hace un año, y la de su hermano Alberto, contratado laboral durante décadas en ese ministerio. Sus hermanas y su madrina Maruja -una señora de elevada edad, que crió a los niños Sebastián en ausencia de su madre- contuvieron su emoción a duras penas.

Sebastián y Solbes lucieron corbatas color rosa, grisácea la del ministro de Industria, y más brillante la de Solbes. El vicepresidente no reaccionó a las bromas de Sebastián -anunció que no habría convite tras la toma de posesión, «lo que alegrará al responsable económico»-, y mantuvo un gesto serio que sus colaboradores atribuyeron al cansancio.

Beatriz Corredor, la nueva ministra de Vivienda, supo contener los nervios y, ante la sonrisa de los presentes, recordó a Pedro Solbes que de su disposición a rascarse el bolsillo dependerá en gran medida el éxito de su gestión.

La nota simpática la pusieron Inés y Sofía, de 11 y 8 años, las hijas mayores de la ministra (la pequeña Enma, de siete meses, se quedó en casa), que vivieron el ascenso de su madre vestidas de domingo y ajenas a la importancia del acto. Las flanqueaban sus abuelos, que no pudieron reprimir, orgullosos, un mar de lágrimas.

Poco antes de las tomas de posesión, los 17 ministros prometieron sus cargos ante el Rey en La Zarzuela. En el acto estuvieron presentes asimismo doña Sofía, el presidente del Gobierno, los presidentes del Congreso, del Senado y del Tribunal Supremo, y la presidenta del Constitucional. Tras las fotos y los parabienes de rigor, la Reina quiso tener un recuerdo de la más nutrida representación gubernamental femenina de la historia y posó con las nueve ministras.