EQUIPO. Miguel Sebastián, José Antonio Alonso y Carmen Garmendia, coincidieron ayer en el Congreso.
ESPAÑA

«El vicepresidente soy yo»

El 'número dos' del Gobierno reconoce que «en el pasado» ha tenido diferencias con Miguel Sebastián

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El vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes fue ayer tajante a la hora de definir su posición en el nuevo Gobierno de Zapatero, tras la incorporación como ministro de Industria de Miguel Sebastián. «Lo que tengo claro es que el vicepresidente soy yo y, como digo siempre, sobre todo me corresponde firmar los proyectos de Ley, las leyes, hacer las negociaciones y llevar a cabo los temas que tengo que llevar a cabo, y eso lo seguiré haciendo como en el pasado», manifestó.

Solbes respondió así a los periodistas en Washington, al ser preguntado si cree que Sebastián es «una figura emergente» en el recién configurado Gobierno. La incorporación del nuevo ministro de Industria, muy cercano a Zapatero, ha sembrado dudas sobre su relación con el vicepresidente, debido a los enfrentamientos que han protagonizado en el pasado. Solbes, que asiste en Estados Unidos a una reunión del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, reconoció haber tenido diferencias con Sebastián, cuando éste dirigía la Oficina Económica de la Presidencia, pero señaló que en estos momentos las competencias de cada uno están delimitadas.

«El papel de asesoramiento nos ha llevado a veces a tener puntos de vistos discrepantes, pero esas diferencias surgen en todo Gobierno y si no lo hicieran, sería anómalo», agregó. En la mima línea, el secretario de Organización del partido, José Blanco, aseguró ayer que las áreas de uno y otro han quedado ya perfectamente «delimitadas» y rechazó que puedan producirse nuevos roces en esta legislatura.

Interferencias

La palabra elegida por Blanco no es inocua. Fue Solbes quien planteó a Zapatero la necesidad de «delimitar las actuaciones de cada uno para evitar solapamientos y posiciones que en algún momento puedan generar puntos de vista distintos» cuando, a cuatro meses de las generales, el entonces aspirante a la reelección le pidió que reforzara su candidatura como 'número dos' en las listas del partido por Madrid y le solicitó que se comprometiera a seguir en el cargo en caso de lograr la victoria. Solbes dijo sí, pero dejó claro que en el futuro no quería encontrar interferencias en la dirección de la política económica. Sebastián ya no estaba en La Moncloa, pero todas la miradas apuntaron en la misma dirección.

En todos los círculos económicos se asegura que el vicepresidente tenía un especial interés en controlar el área de Energía en un momento delicado no sólo por la reordenación del sector -con la hipotética entrada de EDF en Iberdrola- sino también, y quizá más importante, por la futura liberalización del mercado.

Una decisión impuesta por las directivas de la Unión Europea que afectará a la tarifa eléctrica y podría tener consecuencias sobre la inflación. Precisamente en este ámbito se produjo una de las más llamativas fricciones en el pasado entre Sebastián y Solbes porque el primero promovió desde la Oficina Económica de La Moncloa la reforma de la Comisión Nacional de la Energía para lograr el veto a E.on en la OPA sobre Endesa. Solbes, en cambio, era partidario de dejar hacer. Aunque finalmente el área de Energía ha quedado dentro de la cartera de Industria y, por tanto, en manos de Sebastián, fuentes socialistas aseguran que Zapatero se ha comprometido con Solbes a poner este sector «directamente» en manos de un secretario que obrará bajo el paraguas de la vicepresidencia económica.

En Industria -el departamento con el que Zapatero ha recompensado a su asesor tras el fiasco de la candidatura a la alcaldía de Madrid- existe ya una secretaría general de Energía al frente de la cual está Ignasi Nieto. Su continuidad en el cargo es más que segura. No se descarta incluso que se le eleve al rango de secretario de Estado.

No obstante, Solbes quiso aclarar que es falso que hubiese pedido que Energía se desgajara de Industria para integrarse en Economía. Sebastián, por su parte, aseguró, en su primera intervención pública tras el anuncio de su nombramiento, que llega al Gobierno, en todo caso, con «ganas de trabajar en equipo». El nuevo ministro de Industria pasó ayer por La Moncloa para perfilar con Zapatero sus atribuciones.