Zapatero convulsiona el área social y degrada Medio Ambiente

El segundo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero nace revolucionado en el área social que, más allá del baile de nombres propios, concentra los grandes cambios de estructura del Gabinete: un nuevo Ministerio de Igualdad encargado de aplicar la ley homónima y de la lucha contra la violencia machista; la inclusión de las políticas sociales en el departamento de Educación y Deporte, y la fusión de las carteras de Medio Ambiente y Agricultura bajo el mando de Elena Espinosa. Se crea el Ministerio de Ciencia e Innovación, cuya misión será, dijo el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, estimular la producción científica española y traducirla en desarrollo económico.

Rodríguez Zapatero presentó estos cambios como una apuesta de futuro, aunque algunos suponen una vuelta al pasado y, en el caso de Medio Ambiente, una pérdida de galones. Este Ministerio fue creado como tal, con entidad propia, por José María Aznar en su primer gabinete. Antes de 1996 las competencias de conservación de la naturaleza correspondían a Agricultura.

A lo largo de doce años el Ministerio de Medio Ambiente ha ganado presencia política, poco a poco y siempre a remolque de otros departamentos con más peso económico y productivo del país.

En 2004 Rodríguez Zapatero nombró ministra a Cristina Narbona, conservacionista convencida y experta, que ha pugnado dentro y fuera del Gobierno por hacer más sostenibles todas las políticas públicas. Ha pisado muchos callos, pero siempre dio la cara y actuó con el respaldo expreso del presidente, que ayer elogió su «buena gestión» en asuntos «muy difíciles», como el agua. «Mantengo con ella una relación de confianza muy intensa», subrayó.

Sin embargo, no ha sabido hacer frente a la crisis del agua en las cuencas mediterráneas ni ha puesto en marcha muchas de las desaladoras que su departamento se comprometió a hacer para garantizar el abastecimiento en las zonas afectadas por la sequía.

Cambio climático

Se especulaba incluso con que Rodríguez Zapatero fuera un paso más allá con la creación de una vicepresidencia de desarrollo sostenible y cambio climático, que es «una de las prioridades básicas» del nuevo Ejecutivo. No ha sido así. Con la fusión de dos carteras en una, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, las estrategias de conservación y lucha contra el calentamiento global cabrán en una secretaría de Estado.

Según dijo ayer en La Moncloa el presidente, se trata de dar un «enfoque integral» al desarrollo sostenible, conjugar la protección del medio natural con la viabilidad de los sectores agrícola y pesquero. Pero para las organizaciones ecologistas, supone «un golpe muy duro a las políticas medioambientales», en palabras de Juan López de Uralde, director de Greenpeace, y un desmantelamiento 'de facto' del ministerio que las defendía.

«Si en la anterior legislatura el medio ambiente ya se encontraba en minoría dentro del Gobierno, en el nuevo departamento será aún más difícil sacar adelante políticas de sostenibilidad, lucha contra el cambio climático, una nueva cultura del agua, políticas de movilidad o infraestructuras sostenibles, entre otras», afirmó Fernando Rodrigo, secretario confederal de Medio Ambiente de CC.OO.

Los ecologistas creen que lo lógico para dar prioridad y relevancia a un tema dentro del Gobierno es «crear un ministerio», como ha hecho con el de Igualdad, en vez de diluirlo o mezclarlo con otros negociados. También temen perder peso en un departamento mestizo las organizaciones agrarias, que valoraron como dato positivo la permanencia al frente de Elena Espinosa. La futura ley de Desarrollo Rural y reconducir el flagrante incumplimiento español del Protocolo de Kioto serán sus retos más inminentes.

Innovación

El Ministerio de Ciencia e Innovación también recupera un esquema pasado, el del fallido Ministerio de Ciencia y Tecnología creado por los gobiernos del PP y por el que pasaron Anna Birulés, Josep Piqué y Juan Costa. La idea que anima ahora a Rodríguez Zapatero es la misma, hacer a España competitiva en el mundo del conocimiento y convertir el saber y los avances tecnológicos en un factor de crecimiento económico, en la estela de potencias como EE.UU., Japón y Alemania.

Cristina Garmendia (San Sebastián, 1962) sabe de eso. Bióloga y genetista, lleva casi un lustro al frente de empresas biomédicas y biotecnológicas de vanguardia. Está por ver cómo se reparte con el Ministerio de Educación las competencias en el ámbito universitario. Los campus españoles son responsables de casi el 60% de la producción científica e innovadora a nivel nacional.