A LA VENTA. El puesto de Sol Rural está en el Zoco de la Artesanía en plaza Peones .
Jerez

Artesanía pedánea

La federación de asociaciones de mujeres en la zona rural, Sol Rural, reúne en El Zoco un puesto con los mejores géneros artesanales

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Ellas lo hacen todo. Recogen la casa, preparan la comida, están pendientes de la vuelta de los chicos y, de camino, acuden a su asociación de mujeres porque en todos los trabajos se fuma, que diría un castizo. Son las chicas de las pedanías que pisan fuerte y ahora están presentes en el Zoco de Artesanía, en la plaza Peones. Allí hay un lugar que se denomina Sol Rural. Éste es el nombre de la federación de las 30 asociaciones que hacen su trabajo en pedanías como Guadalcacín, La Barca, El Torno o Las Pachecas. Representan, nada menos, que a unas dos mil mujeres asociadas que hacen infinitas actividades.

Hoy están en el Zoco Pepi Luna y Milagrosa Vidal Carrasco. Le ha tocado hacer guardia a una asociación de La Barca. Están pendiente de que el escaparate esté en perfecto estado. Allí podemos encontrar percheros de madera, reciclable, prendas de croché, decoración de flores secas, pintura, cerámica o ropa de hogar. «Cada asociación trae algunos artículos para ser expuestos, de forma que el puesto tenga una variedad. Por supuesto que todo lo que sacamos es debidamente repartido entre las asociaciones», comenta Pepi Luna.

Estas asociaciones se han convertido en todo un motor de producción artesanal dentro de lo muchos ámbitos. Fruto de ello son los trabajos que ahora se exponen y se venden en la tienda de Sol Rural. «Pero no sólo trabajamos en las asociaciones, también tenemos nuestro tiempo para el ocio. La gimnasia, la risoterapia o cualquier otra actividad que organizamos. Precisamente, con los fondos que sacamos del Zoco, tenemos remanente para contratar a un monitor de otra actividad», agrega Pepi.

Comentan que prácticamente todas las mujeres que trabajan en cualquiera de las parcelas artesanales han pasado por cursos de empleo u oficio, aunque también se puede montar un curso de bordado si alguna de las asociadas está dispuesta a darlo. «Sacamos poco y mucho al mismo tiempo -subraya Milagrosa-. Por un lado no ganamos un duro, pero por otro nos enriquecemos con estas actividades que tanto nos ayuda como personas». Están en el Zoco, y si quieren, hasta le pueden fabricar cualquier encargo que se le apetezca. Ellas lo valen.