Tres mujeres, un drama

a explosión en una vivienda de Barcelona que ayer acabó con la vida de tres jóvenes que habitaban el piso contiguo acabó orientando las sospechas hacia la inquilina de la primera, sacando a la luz un nuevo drama personal. La mencionada mujer había llegado a denunciar públicamente su situación, confesando que se sentía «desesperada» ante la inminencia de un desahucio. Lo que invita a pensar sobre las situaciones límite en las que muchos ciudadanos viven la pobreza extrema, el desamparo y la incomunicación social. Pero antes que como posible circunstancia que pudiera explicar la hipótesis de una deflagración provocada, como constatación de que el bienestar general coexiste con casos que se hallan en tales condiciones de marginación que se vuelven poco menos que inaprensibles para la tutela institucional.