Opinion

Las series de médicos

Parece ser que la salud y las relaciones del personal sanitario en los hospitales tienen gran interés para los telespectadores.

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Recientemente están emitiéndose diferentes series en las que el médico intuye la verdad y la obtiene con métodos poco humanos: insultando al paciente o a sus familiares, y despreciando a sus propios compañeros: vamos, que el fin justifica los medios.

Otras de estas series transmiten un morbo sacado de la promiscuidad entre el personal sanitario, y en todas las series de hospitales se ponen de manifiesto el éxito abrumador e incondicional de la Ciencia y la Medicina sobre la muerte y el sufrimiento que serían nuestros mayores enemigos, presuntamente a punto de desaparecer y de las que nadie habla ni quiere oir hablar.

Me temo que las cosas no son así. Pero lo grave es que la opinión pública se lo está creyendo. Hace unos días, una administrativa compañera del hospital me trasladaba esta pregunta que le había hecho su hijo: «mamá, ¿tu hospital es como el de House?»

Afortunadamente, el personal sanitario en general, y los médicos en particular somos tan normales como la población general. Los hay más trabajadores, amables, delicados, inteligentes o estudiosos, pero, desde luego, los médicos no vamos de perdonavidas ni de machacadores del personal desde nuestro pedestal. Hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos y, evidentemente, esto supone a veces reconocimiento por parte de los pacientes. Por supuesto, igual que en muchas otras profesiones, hay médicos que no tienen estas virtudes.

La problemática chico-chica en los hospitales es similar a la de cualquier gran colectivo laboral: insistir en esto entiendo que no vale la pena.

Respecto a que todo sale bien en estas series y que todo el mundo se cura, puedo decir sin miedo a equivocarme que no es verdad. En los hospitales hay enfermos que se curan y mejoran, o que no se pueden curar por completo porque tienen una enfermedad crónica, o que se mueren porque no se puede hacer más por ellos y han llegado al final de sus días, porque nuestra vida es limitada, también en el tiempo. Y la Medicina, la Técnica y los Médicos no podemos arreglarlo todo.

La vida real en un hospital no se parece a la que presentan las series de televisión: no se dejen confundir ni esperen otra cosa

Dr. Isidoro Moreno Cobo