REFLEXIÓN. El técnico Antonio Calderón habla con los suyos durante el entrenamiento celebrado ayer en Carranza. / MIGUEL GÓMEZ
Cádiz C.F.

La oportunidad para huir del fracaso

En pleno debate sobre la valoración del año, el Cádiz quiere abandonar cuanto antes la lucha por el descenso Fleurquin será la única novedad en el once titular

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Esta semana, el debate no se ha instalado en la afición o la prensa. Ha sido engendrado y ha madurado dentro del propio club. El entrenador quiso desterrar la palabra fracaso pero como buen gaditano exageró y sólo faltó decir que es un éxito salvar la categoría. El presidente le reprendió y el capitán Fleurquin mostró en público su desacuerdo, ofreciendo una imagen desconcertante donde nadie tiene claro el objetivo real de este Cádiz.

Y la mejor manera de zanjar este agrio debate es destruir su origen. Es decir, que el término descenso no vuelva a formar parte del vocabulario cadista, y eso se logra con una serie de victorias que sólo apunten hacia arriba.

En Eibar debe empezar esa racha tras comprobar que en la liga de tres puntos un empate se acerca más a la derrota que al triunfo. La escuadra amarilla acumula cinco partidos sin perder, pero sólo ha ganado uno en el último mes y medio y por eso se ha descolgado casi definitivamente de los puestos de cabeza.

Ipurúa es uno de esos fortines que reflejan la dureza e incomodidad de Segunda. Pero el mito no debe eclipsar la realidad. El equipo azulgrana es uno de los peores conjuntos de 2008, y ocuparía puestos de descenso si contáramos a partir del 1 de enero.

También es un recién ascendido con un bloque compuesto por futbolistas de la casa ya que es la entidad más modesta de la categoría, y cuenta con el aliento de poco más de 2.000 aficionados. Las diferencias son enormes, mientras que la clasificación solamente las marca con un pírrico punto.

Hay que poner tierra de por medio. Para ello, Calderón cree haber recuperado el equilibrio con el regreso de Fleurquin, que enviará a Parri al banquillo para que reflexione sobre su rendimiento. El charrúa compartirá el doble pivote con Bezares. En la zaga no habrá permutas, y el Cádiz seguirá sufriendo a Gonzalo Vicente por la derecha a la espera de que Jesús esté lo suficientemente maduro para Calderón.

Los laterales

Los tocados han superado sus problemas físicos, así que Contreras seguirá en la portería y el golpeado Natalio podrá corretear por la media punta. Kosowski, Gustavo López y Bangoura completarán la delantera, con Dani en la recámara y Gastón en su casa.

Por su parte, Javier Mandiola se encuentra con mayores problemas para recomponer un cuadro destrozado por los laterales. Tendrá que recurrir a centrales para cubrir el carril, por lo que perderá velocidad aunque ganará altura, y a los chavales del filial para aportar soluciones a una zaga diezmada por las sanciones.

Los eibarreses se apoyan en un estadio diminuto enfangado con las lluvias del fin de semana. En este año en que no ha funcionado la calidad, los amarillos tendrán que tirar de garra y carácter en un campo donde el balón se siente más a gusto en el aire que en el piso.

La principal premisa es clara, y no necesita de horas de entrenamiento ni de largas sesiones de video: concentración. El Cádiz está pagando con muchos puntos los despistes y la falta de atención en momentos puntuales de los encuentros. La manera de encarar los primeros y últimos minutos de cada tiempo séra fundamental a tenor de lo visto en las últimas jornadas.

Se espera un gran ambiente. La hinchada azulgrana tiene previsto volcarse esta tarde con su equipo. Llega el Cádiz, uno de los gallitos de la división al que ahora consideran rival directo. En Eibar meten a los dos contendientes en la lucha por evitar el descenso, y un triunfo sería un espaldarazo importante con vistas a mantener la categoría. Para ellos es un éxito, pero entre medio hay muchos millones de euros por diferencia. Y una masa social que comienza estar harta de estar harta. Ante el calendario que se avecina este mes, un nuevo tropiezo puede ser fatal.