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Irak recibe al jefe del Pentágono con un atentado que causa 33 muertos

El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, viajó por sorpresa ayer a Irak para tratar la situación de la seguridad en el país árabe. Pero la sorpresa de la jornada, sin embargo, volvió a teñirse de sangre. La visita del jefe del Pentágono coincidió con un atentado suicida que se cobró al menos 33 vidas.

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El objetivo del kamikaze fue un puesto de control levantado al norte de Bagdad por milicianos iraquíes del progubernamental Consejo de Salvación. La acción terrorista dejó además una cifra de heridos superior a la cuarentena.

El relato policial detallaba que el suicida, al volante de un vehículo civil cargado de explosivos, activó el detonador junto al puesto de vigilancia situado en la aldea Al Mazaria, en las proximidades de la ciudad de Balad. Entre las víctimas mortales y heridas figuran civiles y milicianos.