El PP propone un «visado por puntos» para regular la entrada de inmigrantes a España

Tras la polémica ocasionada por el anuncio del "contrato de integración" para inmigrantes, el PP ha vuelto a ahondar en este tema y ha hecho una nueva propuesta para este colectivo: la creación de un sistema de visados y permisos "por puntos" para favorecer la llegada a España de aquellos extranjeros que, por su capacidad, facilidad de integración o experiencia en determinados sectores, sean requeridos por el mercado de trabajo.

Ésta es una de las propuestas del programa electoral del PP que ha avanzado su responsable, Juan Costa, y con lo que el partido quiere dar "un nuevo impulso" a la regulación de la inmigración, "sustituyendo la política del cupo único que existe ahora" y estableciendo este nuevo sistema.

Costa ha explicado que, si el PP gana las elecciones del 9 de marzo, este sistema se aplicará para inmigrantes "que vengan de determinados países con los que podemos tener vínculos históricos o preferenciales", o tengan capacidad o formación "que pueda ser importante" para el funcionamiento de la economía por cubrir una carencia concreta. Esas personas tendrán "prioridad o preferencia" para venir a España, buscar o acceder a un puesto de trabajo con este "visado por puntos" que -según ha dicho Costa- será una "manera de entrada legal al país".

Además el PP promoverá "visados especiales" para extranjeros "con un elevado nivel de cualificación o capacitación profesional" y que pueden ser importantes para garantizar el funcionamiento de sectores vitales o estratégicos de la economía. Costa ha insistido en que esta medida, que "prioriza a inmigrantes concretos", no se adopta para discriminar al resto, sino porque "la emigración tiene limitaciones", ya que "no podemos abrir las fronteras de manera indiscriminada a todas las personas".

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El dirigente popular ha querido aclarar que este sistema no supone una modificación de los acuerdos internacionales y que no está relacionado con el "contrato de integración" para los inmigrantes que recoge también el programa del PP. Así, ha recalcado que este contrato, que deberá ser suscrito por todo inmigrante en la primera renovación del permiso de residencia y trabajo, "es una prueba de solidaridad e integración". "El Estado asume sus responsabilidades y compromisos" en relación con los inmigrantes y éstos tienen asumir sus "derechos, obligaciones y responsabilidades como cualquier otro español".

Entre las medidas que el PP incluirá en su programa electoral, destaca asimismo la expulsión "de inmediato" de todo extranjero que cometa un delito, así como la promoción de un programa especial para la "segunda generación" de inmigrantes, especialmente para los que llegan a España después de sus padres.

Costa además ha matizado otra de las medidas prometidas, la regularización del uso del velo, y ha explicado que su partido dejará en manos de los centros educativos la decisión sobre el uso del velo islámico en aquellos lugares donde no suponga una manifestación de "discriminación o sumisión de la mujer" en atención a una realidad social, como es el caso de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. "Creemos que no se debe imponer nunca el uso o el acceso del velo en un centro escolar por parte de un Gobierno o de una administración", ha considerado.

En Francia tampoco hay lugar para el velo

La misma política la sigue Francia, cuyo presidente, Nicolas Sarkozy, ha defendido el establecimiento de cuotas de inmigrantes como sistema para ofrecerles "una oportunidad real de integración" y ha reiterado que los extranjeros que decidan instalarse en Francia deben "respetar la cultura, los valores y las leyes" francesas.

"No hay sitio en Francia para la poligamia, no hay sitio para la ablación, no hay sitio para el matrimonio forzado, para el velo en las escuelas ni para el odio a Francia. Porque detrás de eso está la ley de la tribu. Y si se vive en Francia, quiero que se respete Francia", ha advertido Sarkozy durante la presentación en el Elíseo de un plan de mejora de los barrios periféricos de las grandes ciudades, periódicamente sacudidas por olas de violencia.

El presidente galo ha insistido en que, para "respetar la dignidad" de las personas que son acogidas en Francia se fijará cada año el número de extranjeros a los que el país puede ofrecer una "oportunidad real de integración" y que una comisión examinará los principios de esa política de cuotas que anualmente se discutirá en el Parlamento. "Francia debe seguir acogiendo extranjeros, pero los acogerá dignamente, con un empleo y con una vivienda", ha concluído.