VUELTA DE HOJA

Vías de agua

Antes de que nos llegue al cuello conviene ver venir el agua -«útil y humilde y preciosa y casta», según Don Francisco de Asís-. Nunca llueve a gusto de todos, pero tampoco escampa con el beneplácito de la mayoría. Ahora que se avecinan tiempos peores, según parece, Comisiones Obreras, que sabe más que nadie de meteorología económica, advierte de que hay «tremendas vías de agua en la economía española». Su secretario general, José María Fidalgo, que es un tipo honrado, combativo en la medida que encuentre campo de batalla, y entregado a lo que García Lorca llamó el partido de los pobres, acaba de decir que no debe utilizarse la crisis para recortar derechos laborales.

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Ocurre que siempre que las cosas van mal para todos, hay un sector de la sociedad que va a peor. Los recortes afectan más a quienes tienen un papel necesario pero secundario. Las ventas de automóviles han caído un 22 por ciento en las tres primeras semanas de enero, quizá influidos los mercados por el efecto negativo de la desaparición del llamado Plan Prever, pero las víctimas no se reclutan entre los conductores de los vehículos, sino entre quienes los fabrican. Pasa lo mismo con la espectacular caída de la venta de discos, que no sólo afecta a los cantantes, sino a quienes los escuchan en silencio. Los vasos comunicantes de la economía contienen bebidas venenosas.

Acertó a formular Sir Anthony Eden, que además de político era conde, el curioso hecho de que todo el mundo esté a favor de la economía general y a la vez a favor del gasto particular. El rechazo de Europa a una bajada de tipos de interés hunde de nuevo las Bolsas. Mientras los europeos estemos regidos por tipos interesados será difícil que salgamos a flote. Los pobres no tienen salvavidas y son los primeros náufragos cuando se abren las vías de agua.