OPINIÓN

Un ejemplo

Gustavo Adrián López Pablos. El jugador de la actual plantilla del Cádiz con más amor propio -con permiso de Raúl López y Armando-, con más calidad -sin permiso de nadie- y con mejor currículum de todos. Y resulta que encima es el más competitivo. El típico jugador que cuando llega en verano levanta suspicacias por aquello de que puede venir de vuelta, a un retiro dorado. Algo así como lo que en su día se decía de Oli. Y que luego, a la chita callando, sin levantar la voz, demuestran en el campo que son -o han sido- futbolistas de primerísima línea por muchos motivos. Porque ofrecen argumentos que la mayoría de sus compañeros en el Cádiz no tendrán en su vida.

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Ayer Gustavo López fue, de largo, el mejor jugador del Cádiz en el Sánchez Pizjuán. ¿Qué pensaría cuando se recorrió prácticamente todo el campo y le puso un pase perfecto a Enrique para que tan sólo la empujara y el extremeño la pifió? Pues supongo que simplemente se resignaría, sabiendo que es muy superior al resto mientras las fuerzas le acompañan.

Además, no es de los que fuera del campo se esconden en discursos cargados de tópicos y pamplinas. Desde el primer día ha dejado claro que él no ha venido aquí para otra cosa que no sea subir a Primera. Si el resto de sus compañeros estuvieran a su nivel futbolístico, no les quepa la menor duda de que ese objetivo sería mucho más factible. Jugadores como él son los que necesita este equipo. Que demuestren en el campo su fútbol con humildad y fuera de él estén a la altura del club que defienden y les paga.