Tribuna

Autoestima colectiva para Cádiz, por Ana Alonso Lorente, presidenta de la Asociación de Empresarias

Siempre he creído en la fuerza de las convicciones para cambiar las cosas. Por eso y porque hago lo imposible para conservar la dimensión infantil que aún conservo, escribo con frecuencia y a lo largo de todo el año a los Reyes Magos. Los míos son Reyes de Occidente y no tienen Estrella de Belén. Quizás por esta razón se pierden tanto. Así las cosas, que no se extrañe nadie si mi primera petición para el año recién estrenado es una brújula que señale el Sur del Sur y que señale también con fuerza y sin demagogias las cuestiones fundamentales que nuestra provincia tiene planteadas para su desarrollo económico y social.

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A Sus Majestades les repito con frecuencia que vivo en una provincia privilegiada con unos prometedores escenarios futuros, con mucho por hacer y con numerosos y apasionantes retos que afrontar. No obstante, y a pesar de ser Magos, algunas veces parecen no conocer de primera mano el día a día; parecen olvidarse de que la rapidez en la toma de decisiones es fundamental para tejer redes de confianza entre la ciudadanía.

Que Cádiz avanza es una realidad innegable, como innegable es también que los retrasos en la dotación de infraestructuras influyen sobremanera en el desarrollo de nuestra provincia. Por ello, mientras que el AVE no surque nuestros andenes, las empresas gaditanas tendrán más dificultades para posicionarse en los mercados globales. Mientras que, como en el caso del polígono de Las Aletas, cueste Dios y ayuda conseguir la puesta en valor de nuevo suelo industrial, las barreras para nuevas inversiones serán más que evidentes. Mientras el desempleo femenino no se considere una cuestión estructural, la injusticia de los estereotipos y prejuicios de género planearán sobre la vida de miles de cualificadas y capaces ciudadanas. Mientras que desde los ayuntamientos no se gestione por objetivos y no se lleven a cabo análisis de la realidad previos al diseño de planes estratégicos como apuestas locales de futuro, no confiaremos plenamente en el destino que siguen nuestros impuestos. Mientras que la administración autonómica reclame esfuerzos empresariales para la innovación en lugar de modernizarse a si misma para dar respuestas ágiles y modernas a la ciudadanía, no se podrá afrontar el reto de la verdadera modernidad. Mientras que la Universidad no se permeabilice ante las necesidades de la sociedad en general y de las necesidades del empresariado en particular, no podrá transferir conocimiento a demanda. Mientras que las mujeres y hombres que habitan esta provincia no se crean que aquí hay condiciones naturales y capital humano, no seremos capaces de contraer compromisos colectivos con renovadas ilusiones.

Dentro de los avances experimentados en nuestra sociedad, los referidos a la igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres han sido más que notables. En los últimos quince años en España, y en Andalucía especialmente, los cambios experimentados han sido numerosos y profundos. Sin embargo, nuestra sociedad, tan proclive a los análisis reduccionistas, se ha instalado en el espejismo de la igualdad, fenómeno este peligroso por pervertir la realidad.

No estaría de más que de vez en cuando viniera alguna que otra reina maga, y que en lugar de Oro nos trajera a las empresarias garantías para el acceso a los recursos estratégicos sin barreras de género; que en lugar de Mirra, consiguiera la confianza de los mercados para empresas lideradas por mujeres y que en lugar de Incienso, consiguiera la conquista masculina de los espacios privados, es decir, corresponsabilidad en lo doméstico.

Desde la convicción de que nuestra provincia tiene capacidad y es competente para influir en nuestro entorno produciendo cambios de manera exitosa, espero y deseo que mi carta llegue a su destino antes del nueve de marzo, fecha en que mis particulares Reyes Magos abrirán las urnas y se encontraran con peculiares peticiones reclamando brújulas, cumplimiento de la Carta Magna en su artículo catorce, autoestima colectiva para Cádiz y corazón, mucho corazón para desarrollar todos los retos que nuestra sociedad tiene planteados.