CITA. Bush, acompañado de su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se reunió con Madmud Abbas en la sede del Gobierno palestino. / AFP
MUNDO

Bush esboza un Estado palestino con una frontera pactada con Israel

El presidente de EE. UU. propone un intercambio de terrenos para garantizar el futuro de los grandes asentamientos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Creo que debemos mirar hacia el establecimiento de un Estado palestino y un nuevo mecanismo internacional, incluidas compensaciones, para resolver el asunto de los refugiados». Un mes y medio después de la cumbre de Anápolis, tras treinta y seis horas en Oriente Próximo, y dos reuniones por separado con el primer ministro de Israel y el presidente palestino, George Bush comparecía ayer por la tarde en Jerusalén para desvelar por fin esta fórmula que, a su juicio, deberá servir como «punto de partida» para cuajar el objetivo grandilocuente que, desafiando a los escépticos, mantiene en pie desde noviembre.

Ayer volvió a repetirlo en su visita histórica a Ramala: «Un acuerdo de paz que -dijo- puede y debe llegar antes de que acabe este año». Para ello, su consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, anunció que Bush volverá «al menos una vez y quizás dos a la región», antes del fin de su mandato en enero de 2009, para supervisar las negociaciones.

El presidente de EE UU, decidido a demostrar a sus aliados «arabes moderados» en este viaje que su implicación en el conflicto es tardía, pero total, dejaba claro que la primera premisa para cumplir su «visión», «deberá ser un final de la ocupación que comenzó en 1967», «con la línea de 1949» como referencia. Pero lo hizo, poniendo por delante compromisos anteriores contraídos con el entonces jefe del Gobierno hebreo, Ariel Sharon, al advertir que no debe esperarse la retirada completa de los territorios capturados en la Guerra de los Seis Días.

Soberano e independiente

En este sentido, Bush habló de que el final deberá «garantizar que Israel tiene fronteras reconocidas internacionalmente y seguras, y que el Estado de Palestina es soberano e independiente». Pero que para ello habrá que hacer «modificaciones puntuales» mediante un «acuerdo mutuo» sobre ese mapa del armisticio de 1949, de forma que se refleje la realidad actual: tener en cuenta las colonias judías y asegurar que ese futuro Estado palestino es «viable y continuo».

Bush hacía así suya la receta defendida por el Ejecutivo hebreo, según la cual al menos los grandes bloques de asentamientos construidos en territorio cisjordano permanecerán bajo control de Israel, que a cambio ofrece ceder territorio equivalente en lugares nunca especificados a los palestinos como reparación. Quizá el que serviría como corredor entre Gaza y Cisjordania, como paso elevado o a través del subsuelo.

Semejante opción ha sido ampliamente rechazada por la Autoridad que ejerce Mahmud Abbas, que siempre ha temido perder en este trueque no deseado el Jerusalén Este ocupado, que el presidente palestino volvía a reclamar ayer como capital de la esperada Palestina. Sobre la Ciudad Santa, Bush rehusó despejar ideas que dieran oxígeno a los palestinos: «Es uno de los retos del camino a la paz, pero es el que hemos elegido andar».

Pero el varapalo a los postulados de Abbas sería ayer la introducción por parte de Bush de la propuesta de «indemnizar a los refugiados», con la que mandatario estadounidenses daba apoyo público al rechazo de Israel de recibir a los más de 4 millones de palestinos y sus descendientes arrancados de sus lugares de origen por el conflicto.