Zipi y Zape quieren armarla en Sevilla

Zipi y Zape, Fran y Julio, llegan al Cádiz. Nadie sabe por cuanto tiempo, pero ya han dado ese pequeño salto para encaramarse al primer equipo. Estos dos canteranos han sido los protagonistas de la semana, y esperan culminarla con un viajecito a Sevilla pagado por el club. O lo que es lo mismo, que Antonio Calderón los cite para el duelo del Sánchez Pizjuán.

Ilusión tienen a raudales. «Sería el mejor regalo de Reyes», confirma Julio. «Es la ilusión que tengo desde que era chico», destaca su compañero.

Ambos pelean por un puesto en la lista... o por los dos. El técnico cadista no lo tiene claro todavía y podría apostar por llevarse a la pareja. Sería la guinda a una fuerte relación de amistad fraguada desde los cuatro años, cuando jugaban juntos en el Portuario de fútbol sala. «Nos hemos criado desde benjamines», aclara Fran. «Tenemos una amistad tremenda. Llevamos toda la vida juntos, yo me quedaba en su casa a dormir y él en la mía, y eso se nota en el terreno de juego», comenta Julio. «Calderón me dijo que convenciera a Fran para que este año volviera al Cádiz, igual que a él siempre le preguntaban por mí cuando jugaba en el Chiclana».

Uno es rubio y el otro moreno, menudos y rápidos, inseparables, de ahí que se quedaran con los sobrenombres de los dibujos de Escobar, los hermanos Zipi y Zape. Hablan maravillas el uno del otro y desean que lo que ha unido la vida no lo separe Calderón. «Ojalá estemos juntos los dos en Sevilla. Pero de todas formas da igual. Si ahora no llega este momento, pues otra vez será. Pero estamos ahí», afirma Julio.

Nacieron con el Mundial de México y Maradona, en el 86, por lo que cuentan con 21 añitos. Son diestros, pero su buen manejo de la zurda les permite actuar en las tres posiciones. Julio ha jugado muchas jornadas por la banda izquierda y Fran es quien ocupa este carril en el Cádiz B de Procopio. Actuan en demarcaciones similares, pero son distintos y complementarios. El primero es rápido, trabajador y aporta mucha intensidad al juego. El segundo es más técnico, bueno en el uno contra uno y aguanta perfectamente la pelota.

Desde pequeño

Julio ha llegado esta temporada al Cádiz, tras pasar por el Géminis, Deportes Romero y el Chiclana, equipo de la ciudad donde reside. Fran mama cadismo desde cadetes, aunque este verano decidió irse y no renovar por la entidad de Carranza. «Me comieron la cabeza y quería probar suerte en otro lado porque aquí no me daban la oportunidad. Pero echaba de menos esto y decidí volver. Ya me arrepentí de todo ello».

Son diestros, pero Calderón ha pensado en ellos para cubrir la banda izquierda. La baja de Nano, y el estado de forma de Gustavo López tras la lesión (todavía no está para noventa minutos) obligan al entrenador a buscar una solución para ese carril. Ayer, los dos canteranos jugaron con el primer equipo el partidillo ante el filial, y lo hicieron por el ala izquierda. Julio actuó en la primera parte y Fran tras el descanso, forzando el penalti que a la postre dio la victoria a los mayores.

«Somos diferentes», reconoce Julio. «Él es más media punta, le gusta tener más la pelota y posee una calidad tremenda, de los que más del Cádiz B. Destaca por su visión de juego y su manejo de las dos piernas».

Su compañero Fran le devuelve la pelota. «Julio ha crecido un montón. Antes le faltaba algo, pero ha estado trabajando y ha mejorado. Tiene mucha fuerza, está bien físicamente y va sabiendo lo que es el fútbol ahora en el Cádiz, donde los entrenador le están ayudando mucho».

Se miran en el espejo de Bienve «ya que piensas que también puedes llegar al primer equipo», y están convencidos de que «con este entrenador subirán más canteranos». Uno de ellos lleva dos noches sin pegar ojo, y es que no ocultan su ilusión. Hoy vuelven al trabajo, a intentar ganarse un puesto. Y con una filosofía clara: si la oportunidad no llega hoy, llegará mañana. Pero llegará.

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