Contraportada

El Canijo | El gaditano de 'Cairmona'

Ya lo dijo Jesús Quintero en su pregón: «no todos los hombres han tenido la suerte de nacer en Cádiz». A la suerte de Antonio Pedro Serrano, El Canijo, no le dio tiempo de llegar a la Tacita de Plata y se paró en Carmona. En Cairmona, como él dice. Y es que como diría su también paisano Antonio Burgos «los gaditanos nacen donde les da la gana».

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Conocedor de la fiesta cuando la televisión la convirtió en un fenómeno de masas a nivel regional, sus frecuentes visitas a Cádiz hicieron el resto para que su afición por el Carnaval le llevara a presentarse al concurso del Falla. Con 15 años debutó en el templo de los ladrillos coloraos con la chirigota El dios baco y los que forman el taco. «La peor chirigota que ha pasado por el concurso», dice entre risas. Pero su ilusión y su amor por el Carnaval hizo que volviera en el 85 alcanzando su primera semifinal con En mi casa mando yo. Después llegarían Los burros del arriero, Me tocó la primitiva y 22.000 mendas en un vespino. Tras el trato injusto que recibió con el cuarteto Al compás de mi cohetillo, volvió a la modalidad y al concurso en el año de la Expo con La legendaria banda de los hermanos Maquencie, que no llegó a semifinales. Si lo hizo en el Carnaval siguiente con Quéestréstengo.

En el 94, junto a su grupo de amigos sevillanos, consiguió formar la chirigota de Carmona. Tarzán, la leyenda del hombre monísimo no se presentaron al Falla pero empezaron a prepararse para venir a Cádiz, participando en el concurso de su localidad «probando y cogiendo experiencia».

Cuatro años más tarde y con las pilas cargadas, El Canijo se presentó con Los pibitos de los botellones y la lió. A pesar de los kilómetros de distancia, su chirigota empezó a ser tratada como una más. Pringaítos, demonios y siesos, no sólo se metieron al público en el bolsillo, sino que entraron en las quinielas de la final de muchos aficionados. Hasta 2003, llevó la autoría de la chirigota pero, cosas del Carnaval, al año siguiente cambió de grupo con los antiguos poperos formando Action Cádix. Su alianza con Tino Tovar le deparó su gran momento con Los que salimos por gusto. El coplero hispalense, no sólo cumplió la mayoría de edad en el concurso, sino también el sueño de ser primer premio y pelotazo del Carnaval. Con sus espermatozoides consiguió el título del primer sevillano que ganaba en esta modalidad. El pasado Carnaval con Los Juan Palómez, Cádiz le coronó de nuevo con el máximo galardón. Este año, además de su chirigota, escribirá a la comparsa de Los Majaras, «un grupo con el que ha alucinado desde que era niño».