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Friquis

En la pantalla española hay un programa friqui: Sabías a lo que venías, el de Santiago Segura en el fin de semana de La Sexta. Lo de friqui lo hemos sacado del inglés freak (sustantivo) o freakish (adjetivo), que se traduce como raro, anormal, monstruoso. Aquí se empezó a llamar friqui a cualquier sujeto que se saliera de lo normal en el registro de lo grotesco o lo cómico, y la etiqueta pronto se aplicó a una forma de hacer televisión. La noticia es que esa forma de hacer televisión, el telefriquismo, parece haber entrado en decadencia. Fue una consecuencia directa de la tumoración de Crónicas marcianas, cuando el late show de Telecinco empezó a expandirse en todas direcciones de manera incontrolada.

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Gente rara, en la tele, la ha habido siempre; programas que dieran cancha a ese personal, también. La guerra de caca desatada a mediados de los 90 subió el listón de la extravagancia y de la procacidad, pero, en general, quedó confinada en los márgenes de la televisión nocturna. Luego llegó, sin embargo, Crónicas marcianas, que después de un par de años de propósitos regeneracionistas terminó hozando en el mismo muladar. La cosa no habría pasado a mayores si la cadena no hubiera extendido el modelo a las demás franjas horarias, y así el friquismo se convirtió en un rasgo característico de la televisión española: los friquis ya no sólo eran exhibidos como atracción de circo, sino que se convertían en contertulios, opinadores, reporteros, para gozo y alegría de la audiencia.

Aquella exudación cinematográfica que fue la serie de Torrente vino a representar el espaldarazo decisivo para este mundo; en cierto modo, era el equivalente posmoderno de esa atracción por lo grotesco y lo deforme que siempre ha caracterizado a la cultura popular española. Era completamente lógico que al Friqui Manager, Santiago Segura, se le diera un programa donde los implantes de Yola Berrocal pudieran convivir con el bisoñé del Dioni o la panza de Cañita Brava. Ese programa lo inventó La Sexta y se llamó Sabías a lo que venías. Pese a la fama de Segura y sus colaboradores, el programa está siendo un fracaso.