La vuelta reparte esfuerzos en 2008

La Vuelta de 2008 se ha partido en tres. Fuera ha quedado el inicio explosivo de la edición de este año, que pasó desapercibida entre la fórmula 1, los partidos ligueros ó europeos y el Eurobasket. La organización aprendió la lección y decidió trocear su carrera para recuperar el interés continúo por un deporte azotado por las continúas polémicas. Ahora, las tres semanas de competición tendrán sus días de tensión para recuperar la «pasión por este deporte», una de las frases más repetidas en la presentación de la carrera. La Vuelta comenzará en Granada (30 de agosto) y terminará en el madrileño paseo de La Castellana (21 de septiembre). Tendrá 3.169 kilómetros, con cuatro etapas en alto y una cronoescalada a Navacerrada en la penúltima etapa como gran novedad. Además, volverá el mítico Angliru.

El primer acto consta de seis etapas y está destinada a los rodadores y los contrarrelojistas. La inauguración será una lucha por equipos en siete kilómetros; después de pasar por Jaén, Córdoba y Puertollano, las primeras diferencias se marcarán en la contrarreloj de Ciudad Real (5ª etapa, 40 kilómetros). Después, paseo hasta Toledo y jornada de descanso, antes de entrar en la segunda parte. «Es el bloque pirenaico y la mitad de las etapas del norte», explicó el director de la carrera Víctor Cordero.

Será el momento de los escaladores, que encadenarán dos etapas con mucha tralla. La primera, la más larga de la carrera (224 kilómetros) les llevará desde la localidad oscense de Barbastro hasta Andorra. Por medio, los ciclistas tendrán que subir Montllobat y la Rabassa. Al día siguiente, y con salida en el Principado, el objetivo será Pla de Beret, con el puerto del Canto y la Bonaigua de por medio. «Habrá un puerto cada 48 kilómetros», avisó Cordero. Después estará la etapa rompepiernas entre Viella y Sabiñánigo (con el puerto del Sarraibo cerca de meta) y las etapas peligrosas de Zaragoza y Burgos por el viento.

El tortuoso camino hacia el Angliru, que en las últimas ediciones aparecía sumergido en una misteriosa niebla, volverá a ser la tortura de los corredores. Algunos, colocarán tres platos para sobrevivir a las rampas del 20%. Después de este esfuerzo, llega la subida a San Isidro, «con un puerto cada 20 kilómetros)». Tras pasar por Zamora y Valladolid, Segovia será el final de una etapa matadora, con los puertos de Navafría y Navacerrada de por medio. Y, para la penúltima etapa, 16 kilómetros de ascensión a Navacerrada en cronoescalada.

Una carrera «exigente», según Cordero, destinada a los equipos que «la quieran disputar». El responsable de Unipublic comentó que, con al ruptura con la Unión Ciclista Internacional, las tres grandes vueltas puede escoger a los conjuntos que les dé la gana. La Vuelta tendrá 20 equipos de 9 corredores y Cordero anunció que ya había recibido 27 peticiones para entrar en competición.

A expensas del Tour

A pesar de alabar el recorrido de la vuelta, sólo Óscar Pereiro aseguró su presencia en Granada de entre los favoritos. El resto no quiere pensar más allá del mes de julio. El Tour ahoga a los ciclistas con su exigencia. El más claro fue Carlos Sastre: «Mi objetivo claro va a ser el Tour de Francia. La Vuelta está en mi mente, pero hasta que no lleguemos a País Vasco y las clásicas de primavera, no decidiré si hago el Giro. Si lo hago, la Vuelta queda descartada».

Valverde era más cauto, aunque reconocía que todo depende de «cómo salga del Tour». Idéntico comentario del campeón de la ronda gala. Alberto Contador añadía, además, que también «hay que contar con los Juegos Olímpicos». Dennis Menchov, por su parte, indicó que la cita de Pekín va a alterar un poco el calendario de los ciclistas. «No será por las pruebas, que serán dos días, sino por el viaje, la aclimatación...», apuntó el actual vencedor de la carrera.