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La noche gaditana

Hace unos meses entró en vigor la Ley por la que se pretende controlar el botellón en la calle y el consumo indiscriminado de alcohol en la vía pública. Sin duda sus efectos se han notado de una manera positiva y ahora la convivencia ciudadana parece mejor. Se han eliminado casi por completo las aglomeraciones y las ruidosas reuniones pero sobre todo ha disminuido notablemente, no del todo, la frecuencia de meones en la calle. Sin duda se ha mejorado mucho pero, por lo que leemos en la prensa, no se ha reducido en absoluto el grado de vandalismo y violencia en esas horas de la madrugada.

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Cuando sales por las noches se ven pandillas de mozalbetes, muchos no pasan de los quince o dieciséis, campando a sus anchas deambulando por esas calles de Dios y muchas veces haciendo frente a los transeúntes que encuentran en su camino. Destrozan el mobiliario urbano (cada vez quedan menos espejos en las esquinas de las calles) pintarrequean todo lo que les viene en gana (puertas, escaparates, estatuas etc ), da miedo cruzarse con ellos.

Hace pocas fechas he leído en la prensa la desmesurada agresión que sufrió en nuestra ciudad el joven malagueño José Antonio Pérez. Por el mero hecho de tener la mala suerte de encontrarse con una pandillita de estas al salir de la punta de San Felipe y no poder atender a su demanda de un cigarrillo al no ser fumador. ¿No les parece fuerte la cosa? Le costó nada menos que una monumental paliza que lo dejó maltrecho y la perdida de un ojo, caro precio ante estos malvados. Lo peor es que escaparon impunes de tan vandálico acto.

Creo que hay que denunciar estos hechos para que se elimine a estos vándalos que solo se preocupan de sembrar de inquietud nuestras noches que, con situaciones como estas y si no se le pone remedio, dejaran de ser apacibles.