TELEVISIÓN Y RADIO

Expertos advierten de los «excesos» de las cadenas en el horario infantil

«Los niños se 'adultizan' y los mayores se 'infantilizan'», según los especialistas

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Unos 600.000 niños de 4 a 11 años ven la televisión en horarios protegidos para menores. Aún no hay estudios que desvelen qué efectos pueden tener en ellos los valores que se transmiten en los talk shows, tertulias de corazón y otros magacines destinados al consumo de los mayores que se emiten en esos horarios. La competencia feroz no da lugar a crear espacios destinados a los más pequeños, por lo que éstos se comportan como adultos viendo la televisión. «A falta de una autoridad audiovisual que ponga freno a los excesos, debería existir un código de autorregulación que, al menos, tuviera competencias para imponer sanciones». Esta es una de las reflexiones que pusieron de manifiesto ayer distintos expertos en las jornadas El imaginario audiovisual y sus valores para la infancia y la juventud, organizado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Aunque los estudios ponen de relieve un cierto alejamiento de la audiencia menuda de la televisión, en beneficio de Internet y otras tecnologías, «la pequeña pantalla convencional y en analógico aún es muy importante en la vida de los menores», apunta Alejandro Perales, presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC). A su juicio, los niños ven en la pantalla programas de tarde «inadecuados en el fondo y en la forma», situación que sólo se sortearía con una profunda revisión de las parrillas. Las televisión no está dispuesta a adoptar estos cambios en pleno fragor de la competencia. Sólo las cadenas públicas tendrían capacidad para dar un giro, apuntan los especialistas.

Pero tampoco la programación infantil de los canales temáticos es educativa ni forma en valores. «Además de inadecuada y poco pedagógica, la oferta infantil es un mero vehículo publicitario», afirma Perales, que cree en la necesidad de generar más formatos para los menores como documentales, debates e informativos.

Además, los chicos se han acostumbrado a los programas de adultos, «les gustan». «Mientras los chicos se adultizan, los mayores se infantilizan», sentencia Eduardo García Matilla, profesor del Instituto de Empresa y presidente de la empresa de análisis Corporación Multimedia. Así, hay espacios como Escenas de matrimonio que se sabe que ven los niños. «La dura competencia nos trae en horarios protegidos contenidos tan salvajes como Padre de familia, indica García Matilla en alusión a la serie de dibujos animados que programa La Sexta. Este especialista también destaca el papel de los menores como promotores de contenidos a través de páginas como YouTube. La red se ha convertido en un arma sin control para los niños que acceden a contenidos más que inadecuados, según pone de manifiesto un reciente informe de Unicef.

La forma en que la infancia se hace más adulta la tienen en cuenta factorías como Disney, que cada vez realiza mayor número de películas dirigidas a niños de más corta edad que antes.