El nuevo cardenal español Agustín García-Gasco Vicente, / EFE
ESPAÑA

Benedicto XVI nombra cardenales a tres religiosos españoles

El Papa da forma en su segundo consistorio a un cónclave más eurocéntrico y que ya es obra suya en una cuarta parte

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La Iglesia cuenta desde ayer con 23 nuevos cardenales , 18 de ellos menores de 80 años y, por tanto, con derecho a participar en el cónclave que elegirá el próximo papa, cuando eso suceda. Por eso el consistorio de creación de nuevos cardenales , tal como se dice en la jerga eclesiástica, es un acto decisivo a largo plazo. Quizá entre los nombrados esté un futuro pontífice. Se les llama 'príncipes de la Iglesia' y el nuevo hábito que lucían cuesta unos mil euros. Pero como ya hacía Juan Pablo II en estas ocasiones, Benedicto XVI, les advirtió en su homilía de la tentación del «arribismo» y de hacer carrera. «No la búsqueda del poder y el éxito, sino la humilde entrega debe caracterizar cada gesto y cada palabra nuestra», previno.

La ceremonia, que consiste en la imposición de la birreta y la asignación de una iglesia de Roma, se celebró en la basílica de San Pedro, por la amenaza de lluvia. Entre los 23 nuevos cardenales hay tres españoles, el arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach; el de Valencia, Agustín García-Gasco, y el jesuita Urbano Navarrete, ex rector de la universidad Gregoriana de Roma, mayor de 80 años.

Primer cardenal de Irak

Entre los demás destacan hasta siete altos cargos de la Curia. Pero el más llamativo, y también el más aplaudido fue el patriarca caldeo de Bagdad, Enmanuel III Delly. Se trata del primer cardenal de Irak de la historia, una señal de apoyo del Papa a una comunidad que está atravesando momentos difíciles. Benedicto XVI lo dijo explícitamente en la homilía, al tiempo que pedía la paz en Irak.

Con este el segundo consistorio de Ratzinger, tras el de 2006, los purpurados llegan a 201, pero los electores son 120, el número máximo. Hay seis españoles. Los otros son el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco; el de Toledo, Antonio Cañizares, y el de Sevilla, Carlos Amigo. El cuarto es Julián Herranz, del Opus Dei. La hornada de hoy es la más numerosa que ha tenido la Iglesia española, que también alcanza, por ahora, el mayor peso de su historia en el colegio, en el tercer lugar junto a Francia y Alemania, y por detrás de Italia (21) y EE UU (13). Siguen Brasil y México, con cuatro purpurados.

En sólo dos años y medio, Benedicto XVI ya ha dejado su huella: ha elegido a 30 de los 120 cardenales electores. De ellos, 60 son europeos y 16 estadounidenses, casi dos tercios. El sur del mundo se aglutina en el tercio restante. Es al revés que en el mundo real: hay 380 millones de católicos en Europa, EE UU y Canadá, y 720 millones en los demás países. En este consistorio los europeos han pasado de 50 a 60. El Vaticano insiste en que el criterio geográfico no tiene valor, pero es sabido que Ratzinger piensa que el núcleo de la Iglesia debe ser Occidente.

La vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, encabezó hoy la delegación española y tras la ceremonia se entrevistó en el Vaticano con el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, 'número dos' de la Santa Sede, durante unos cuarenta minutos. Según fuentes oficiales, constataron el «buen momento, sin contenciosos» de las relaciones entre el Vaticano y el Ejecutivo socialista.

Es el primer encuentro de De la Vega con Bertone, secretario desde hace un año, y confirma el deshielo que se inició en el encuentro de la vicepresidenta con su predecesor, Angelo Sodano, durante el anterior consistorio de 2006. Por la noche, De la Vega acudió a la cena de honor a los nuevos cardenales en la embajada de España.