El petróleo no frena

l barril de crudo brent, la variedad de referencia en Europa, culminó la semana pasada alcanzando la cifra récord de 90 dólares convirtiendo las especulaciones más alarmistas del pasado año sobre un inminente acercamiento a los increíbles 100 dólares el barril, en un horizonte bastante realista. La onda expansiva del precio del petróleo salpica a corto plazo las variables primordiales de la estructura económica de los países desarrollados, como la inflación, el empleo y el crecimiento, y tiene especial impacto en la economía española cuya dependencia energética primaria depende en un 50% de los hidrocarburos. Sin embargo, el gobierno sostiene que el comportamiento de la economía nacional está asimilando con mayor flexibilidad el incremento de los precios de la energía de manera que ya no se produce una repercusión tan directa e inmediata sobre los precios de los productos al consumidor. El último trimestre del año confirmará si efectivamente esta tendencia de contención limita los efectos inflacionistas en la economía y evita el temido rebrote de los precios hasta mas allá del 3% rompiendo las previsiones del Ejecutivo y afectando a la revalorización de salarios y pensiones. La situación política internacional con el foco de tensión en la nuclearización de Irán, la guerra de Irak y ahora la crisis turco-kurda no ofrece perspectivas muy esperanzadoras para estabilizar un sector tan sensible. Pero todos los expertos apuntan a que por encima de la coyuntura geoestratégica, el precio del petróleo se está ajustando a su valor real en la estructura económica de los países industrializados y es preciso acostumbrarse a pagar precios por encima de los 80 dólares en el futuro. En ese marco el crecimiento en los países de economías avanzadas está obligado a apoyarse en un mejor aprovechamiento y eficiencia energéticos junto al proceso de sustitución de los combustibles orgánicos por energías renovables.