Largas colas para votar en un colegio electoral en Buenaventura. / AP
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Los colombianos eligen alcaldes y gobernadores bajo el temor al fraude

El izquierdista Samuel Moreno se perfilaba favorito para regir el Ayuntamiento de Bogotá

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La posibilidad de que se produjera fraude electoral era la mayor preocupación, por encima de un atentado terrorista, de los más de 27 millones de colombianos que fueron llamados ayer a las urnas para designar a sus representantes locales y regionales. En total, se eligieron a 1.098 alcaldes, 12.030 concejales, 32 gobernadores y 418 diputados departamentales.

La jornada electoral, según el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, de cuya cartera depende también la Policía, transcurrió sin incidentes. Y para que la tranquilidad no se viera alterada se desplegaron más de 160.000 miembros de la Fuerza Pública.

El presidente Álvaro Uribe votó en la plaza de Bolívar, próxima al palacio de Nariño, donde reiteró a los ciudadanos que no respaldaran a «candidatos apoyados por las guerrillas o grupos de delincuentes de cualquier naturaleza».

El primer mandatario se refería sin mencionarlo a la guerrilla de las FARC, que se sospecha ayudan a los candidatos del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA), pero también a los aspirantes de muchas regiones que se cree están apoyados por los paramilitares de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia.

Samuel Moreno, el candidato del PDA a suceder en la Alcaldía de Bogotá a su compañero de partido, Luis Eduardo Garzón, y que hasta el sábado lideraba las encuestas en la capital, se limitó a contestar que no tenía «nada que decir» a las palabras de Uribe, quien respalda al segundo candidato con más opciones, Enrique Peñalosa, que ya fue regidor de la capital entre 1998 y 2000.

Moreno afirmó que «Bogotá siempre ha votado libremente a sus alcaldes», mientras Peñalosa señaló que Uribe había dado la posibilidad de que en Colombia se pueda ejercer el derecho ciudadano con tranquilidad «gracias a la seguridad» que ha propiciado su mandato.