Opinion

Polonia en la encrucijada

De los resultados que arrojen las urnas tras la jornada electoral de ayer domingo en que los conservadores Kazcynski libraron un pulso con los liberales de Donald Tusk dependerá el futuro de Polonia que tras la emancipación del comunismo y unos duros años de transición democrática hacia la economía de mercado se ha convertido en uno de los países mas influyentes de todo el antiguo bloque del Este. Si los gemelos se mantienen en el poder el alineamiento sin fisuras con Estados Unidos y especialmente con la administración Bush, podría convertir al país en sede de la instalación de un sistema de defensa de antimisiles desarrollado por Estados Unidos . Pero también está en juego la presencia de tropas polacas tanto en Irak como en Afganistán que los liberales han prometido retirar y una necesaria mejora de las crispadas relaciones de Varsovia con Bruselas. La legislatura de los hermanos Kazcynski ha provocado una relación ambivalente con la Unión Europea que el país necesita redefinir para no enrocar a una parte de su sociedad en posiciones euroescépticas. En el plano económico Polonia atraviesa una etapa de euforia desde la adhesión a la Unión Europea con un crecimiento en torno al 6´5% mientras que desciende el paro pasando de un 20% en 2004 al 12%, gracias al éxodo de los jóvenes polacos pero también a la creación de un millón y medio de puestos de trabajo. Paradójicamente, el gobierno de los Kaczynski con su actitud obstruccionista y a veces hostil con la Unión había logrado generar una actitud de amor-odio hacia el club que ha convertido su país en uno de los destinos predilectos de las inversiones extranjeras, a pesar de que las subvenciones de Bruselas no son suficientes para colmar los sueños de igualitarismo y bienestar que algunos habían esperado de la integración.

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La llamada «revolución moral» del gobierno conservador aliado con pequeños partidos extremistas , no duró mas que catorce meses, pero fue el tiempo suficiente como para sembrar cizaña y dividir a la sociedad con iniciativas como la ley de Ilustración que pretendía obligar a mas de 700.000 personas que explicaran su pasado durante la dictadura comunista hasta que fue invalidada por la Corte Constitucional. La retórica populista de los dirigentes del partido Ley y Justicia (PiS) lanzó también durante su gobierno peligrosos mensajes antiliberales teñidos de homofobia y machismo de la mano de una parte de la sociedad polaca anclada en un clericalismo paralizante que contrastaba con el impulso de un país lanzado a recuperar los años perdidos bajo la dictadura comunista. Aunque es seguro que ninguno de los dos competidos obtendrá la mayoría absoluta, el triunfo por mínimo que sea de los liberales de Tusk o los gemelos Kaczynski será elemento suficiente como para definir la dirección del impulso hacia dónde quiere la mayoría del país dirigir sus paso en el próximo futuro.