VIDA. Panorámica de uno de los muchos juegos acuáticos que se pueden observar en la fuente que está en El Retiro.
Jerez

Un lugar para escaparse

La maravillosa fuente de saltos de agua que está en El Retiro es un sitio idóneo para el paseo ameno, la buena lectura o la interioridad

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Se trata de uno de los muchos y sugerentes lugares que tenemos en Jerez para la lectura, el paseo o simplemente para reflexionar con nosotros mismos si tenemos en cuenta su nombre. El Retiro es una de las zonas verdes de la ciudad, con sus más de treinta y un mil metros cuadrados. Un lugar donde conviven las bajas copas de los naranjos con las altivas palmeras cargadas de dátiles.

Se abre a lo largo, como un acompañamiento perfecto para quien recorre la avenida que lleva su nombre. A un lado está la comandancia de la Benemérita, al otro un colegio blanco que adoptó hace poco el nombre de El Retiro. Mientras los niños están en clase, las copas de las acacias se balancean al ritmo suave del viento de poniente, susurrando ese silbido agradable que nos acaricia el rostro.

Comentan los que lo frecuentan que la nueva reforma no le ha ido mal. Juan y Chari son un matrimonio que casi todas las tardes batallan contra los niveles de triglicéridos con la estupenda medicina que es una buena caminata. Comenta Juan que «el parque está maravilloso. Sigue estando como siempre, pero creo que después de la última reforma ha quedado, si cabe, todavía más bonito. La pena es que sea tan pequeñito», afirma.

En el extremo más cercano a la zona de Madre de Dios habita una gran fuente de caprichos de aguas. Como es una vecina nueva, no deja de llamar la atención de quien pasa por la zona. Un virtuosismo de saltos de aguas deja embobado a quien se detiene. Te sorprende a cada borbotón. Es un juego imprevisible, pues te invita a que intentes adelantarte a la acción del agua a propulsión. Y, sin embargo, te llega a sorprender. Un chorro largo, un cruce de aguas intermitente, una bocanada en escalera, vuelve de nuevo al chorro de largo.

Inerte

Pero llama la atención porque se queda como inerte, parada y frenada como si fuera agua muerta. Y cuando menos lo esperas sorprende con un súbito abanico de destellos acuáticos fino como un chirimiri. Dibuja un arco de colores bajo el sol y sigue con un nuevo juego.

Juan y Chari también se sienten sorprendidos por los juegos acuáticos de la larga fuente. «Por las noches se encienden los focos que están sumergidos, y hasta suena la música», subraya con cierta admiración. Se convierte la zona en un paradigma de la belleza en medio de la ciudad. Mientras, suena de fondo un vals de Johann Strauss (hijo). Y pensamos que Viena puede esperar.

Si quieren disfrutar de un lugar para repasar la vida, aunque sea durante cinco minutos, El Retiro y su fuente de vida no es una mala recomendación. Se llega a tocar la tranquilidad interna que siempre nos invita la estancia en un lugar cargado de naturaleza, aunque los coches pasen a diez metros de donde estemos. Sin duda, El Retiro tiene una capacidad de absorción sólo comparable con su fuente.