Jerez

Espinosa decidirá con las regiones afectadas el futuro de la producción de remolacha

Tendrá reuniones con Andalucía y Castilla y León para modificar la cuota nacional El Ayuntamiento de la Rinconada muestra su rechazo al posible cierre de su azucarera

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La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, anunció ayer que mantendrá reuniones con las comunidades afectadas por la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar que hará cambiar el mapa de producción.

Hay que recordar que las dos principales regiones productoras de remolacha son actualmente Castilla y León y Andalucía, y que tras la aplicación de la reforma comunitaria el sector lleva mucho tiempo demandando un acuerdo nacional que permita un abandono de superficie equitativo, incluso hasta el 50% de la actual cuota nacional, ya de esa manera los productores que continúen podrían cobrar las ayudas compensatorias prometidas por Bruselas.

Espinosa explicó que ya se han iniciado conversaciones con el sector, pero posteriormente habrá reuniones «específicas» con las comunidades autónomas específicamente afectadas como Castilla y León y Andalucía.

Estos encuentros tendrán como objetivo, según añadió Elena Espinosa, conformar el mapa definitivo de producción de azúcar en España después del cierre de la reforma de la OCM.

Preocupación en Sevilla

Sobre los efectos de la OCM también debatieron ayer en el Ayuntamiento de La Rinconada (Sevilla), gobernado por el PSOE, que aprobó en su sesión plenaria del lunes y bajo acuerdo por unanimidad una moción socialista en defensa de los 120 puestos de trabajo adscritos a la planta azucarera de Ebro Puleva, dado que la Corporación municipal cree que la reforma de la OCM del sector pactada en el marco europeo induce a una «incertidumbre» sobre un posible cierre de las instalaciones.

El Ayuntamiento informó de que en el texto de la moción se explica que la reducción del 50% de la producción de remolacha a la que obliga Europa prevé medidas económicas compensatorias para los agricultores y para las industria, «por lo que era necesario un claro posicionamiento a favor de los trabajadores en caso de que finalmente se decrete el cierre».

Según apuntaron, las posturas municipal y autonómica -en permanente línea directa- han ido siempre encaminadas a que esa reducción se aplique en España teniendo en cuenta criterios de territorialidad, de forma que al menos dos de las tres azucareras andaluzas pudieran seguir en funcionamiento. Eso implicaría que tendría que cerrar una de las dos que hay en Jerez, y es la de Guadalcacín la que parece tener peores cartas.

Pese a todo, hoy por hoy los remolacheros no se animan a sembrar y la realidad podría superar con creces las peores expectativas para el cultivo y para las tres fábricas.