LISTERIOSIS

Magrudis sabía desde febrero que su carne mechada tenía listeria y la siguió fabricando

Un laboratorio pone en conocimiento del juzgado el análisis positivo que la empresa sevillana había ocultado

El hijo del gerente de Magrudis, la empresa que fabricaba la carne mechada EFE/ Manuel Vidal

Antonio R. Vega

La empresa sevillana Magrudis siguió fabricando y comercializando carne mechada de la marca «La Mechá» durante meses después de que el análisis de una muestra de este embutido diera positivo en listeria en febrero. Hasta el 15 de agosto, cuando las autoridades sanitarias confirmaron el «crecimiento espectacular» de la bacteria en una muestra de esta carne, no se activó una alerta para paralizar la producción y venta de este artículo que ha provocado uno de los brotes epidémicos más importantes de la historia de España, con 215 casos confirmados, al menos siete abortos y tres muertes hasta ahora en Andalucía.

El pasado mes de febrero, el laboratorio Microal Técnicos en Agroalimentación realizó, por encargo de Magrudis, el estudio puntual de dos partidas de carne mechada de «La Mechá», aunque la citada empresa nunca estuvo contratada para llevar a cabo los análisis ordinarios de Magrudis, aclara a ABC su gerente, Mariano Barroso. Una de las dos muestras prospectivas analizadas por Microal da positivo en presencia de listeria monocytogenes.

Desde el Ayuntamiento de Sevilla, que tiene la competencia en inspección agroalimentaria en la ciudad, aseguran que «no tienen constancia» de este análisis, del que no habrían sido informados por los responsables de la industria cárnica radicada en el polígono industrial El Pino de Sevilla, cuyas instalaciones están precintadas desde el 30 de agosto.

Por la naturaleza del análisis solicitado, no se cuantifica el número de colonias de bacteria presente en la carne mechada. El tope fijado por la Unión Europea para evitar un riesgo para la salud pública es de 100 Unidades Formadoras de Colonias (UFC) por gramo. «Querían saber si tenía presencia de listeria, pero no una cuantificación. Parece que estaban buscando la bacteria porque tendrían problemas y querían corregirlos», deduce Barroso.

Tras la alerta sanitaria, el laboratorio envió un correo a Magrudis para recordarle el positivo

Este tipo de análisis es muy habitual cuando el tiempo apremia. «La cuantificación tarda entre seis y ocho días, mucho más que determinar si hay presencia o no de listeria», declara a ABC el gerente de Microal, quien el pasado 9 de septiembre envió un informe poniendo estos hechos en conocimiento del juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, que investiga a los responsables de Magrudis por un supuesto delito contra la salud pública y otro de lesiones. Un miembro del laboratorio también ha testificado ante la Guardia Civil para confirmar la existencia de este positivo en listeria.

«A la vista de que no lo hacían público, hemos decidido actuar y saltarnos la confidencialidad porque hay embarazadas que pudieron comer la carne mechada meses antes de que se decretara la alerta», se justifica Mariano Barroso. Desde Microal enviaron un correo electrónico a la empresa Magrudis para recordárselo después de la alerta sanitaria que afecta a todos los productos de la fábrica. «No sé si es que no le dieron importancia al informe o no se comunicó el resultado a la empresa que se encargaba del control de calidad», señala. En todo caso, «debían haber informado y nosotros le mandamos un recordatorio para que lo hicieran», rememora.

El gerente de Microal cree que, de una forma u otra, pudieron «fallar» los mecanismos de control interno de Magrudis. «Si hay una presencia de listeria, deberían haber retenido las partidas contaminadas, dejarlas en una cámara fría y revisar todas las temperaturas y las actuaciones hasta su eliminación», estima Barroso.

Una bomba de relojería

El gerente de este laboratorio especializado en análisis agroalimentarios sostiene que la seguridad debe prevalecer sobre cualquier otro interés. «Yo, personalmente, no saldría al mercado ni con 10 UFC por gramo, porque si hay semillas puede haber crecimiento. La listeria es una bomba de relojería con efectos retardados», ya que los síntomas pueden presentarse hasta 70 días después, advierte. El reglamento europeo de 2005 que regula los criterios microbiológicos aplicables a los productos alimenticios incurre en algunas contradicciones. La norma estipula que una muestra obtenida en la fábrica no puede tener presencia de listeria y si esa misma muestra se toma en una tienda se establece un tope de hasta 100 UFC, expone.

«Deberían haber retenido la carne mechada antes y revisado todas las actuaciones al hallar la bacteria»

La fábrica sevillana instauró un sistema de autocontrol, porque está obligado a hacerlo, en virtud del cual un laboratorio externo que contrataba la propia sociedad toma muestras de la fábrica y acredita que se está elaborando el alimento con garantías para la salud de los consumidores.

Magrudis externalizó algunos de estos controles periódicos con Laboratorios Biocontrol , ubicados en el polígono industrial Pisa de Mairena del Aljarafe. ABC se puso en contacto con esta empresa de análisis, que declinó hacerlos públicos argumentando que estos informes son confidenciales y se han trasladado a las autoridades sanitarias.

Como avanzó este periódico, el Ayuntamiento de Sevilla realizó la última inspección de oficio a las instalaciones de Magrudis el 18 de julio de 2017. Esta visita consistió, básicamente, en comprobar que la fábrica contaba con un plan de autocontrol , es decir, que se controlaba a sí misma y que cumplía la normativa sanitaria. Según el nivel de riesgo asignado a Magrudis, debió de ser inspeccionada año y medio después, es decir, en enero de 2019. No obstante, desde el Ayuntamiento esgrimen que la normativa europea no marca unos plazos para inspeccionarla. La realidad es que la productora de la carne mechada contaminada estuvo funcionando cinco años sin permiso municipal de actividad, con su mera inscripción en el Registro General Sanitario de la Junta desde 2015.

La Junta, acusación

Por otro lado, el consejero andaluz de Salud y Familia, Jesús Aguirre, anunció ayer que la Junta de Andalucía se ha personado en el juzgado instructor como acusación particular contra la empresa Magrudis, ya que su falta de «autocontrol» nos obligó a decretar una alerta sanitaria por listeriosis.

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