¿Dónde hacen botellón ahora los jóvenes en Andalucía?

Sevilla: microbotellones (casi siempre)

En la capital de Andalucía el botellón fue un tiempo un verdadero problema. Nada que ver con lo que pasa hoy día. Los jóvenes se concentran ahora en pequeños botellones en zonas alejadas del centro. Sobre todo se da en los alrededores de las discotecas, en la zona de la Palmera -junto al conservatorio de danza y frente al pabellón de Uruguay, más cerca del rectorado de la Hispalense- y en La Cartuja, junto a los locales de copas. También en la pasarela peatonal frente al paseo de Colón y junto a la parada de Metro de Blas Infante. Y hay algunos reductos de microbotellón cerca de la estación de autobuses de Plaza de Armas y en los jardines entre la calle Radio Sevilla y el río, conocidos como Capote. Desde el Ayuntamiento explican que «la Policía Local acude de manera regular a las zonas de concentración de jóvenes para controlar el cumplimiento de la ordenanza municipal en materia de consumo en la calle y de ruidos».

Málaga: solo en la playa o en fiestas

En la capital de la Costa del Sol el botellón está prohibido en virtud de la normativa autonómica, como explica el propio Consistorio. Pese a esto, hay momentos en los que las bebidas salen a la calle, como en la Feria o la fiesta de la Primavera. Durante el verano, las mayores concentraciones de jóvenes se encuentran en las zonas de fiesta de la costa. La playa de Los Álamos en Torremolinos es uno de los puntos neurálgicos de botellón en la Costa del Sol. Al amparo de los chiringuitos-discoteca, los jóvenes llegan aprovisionados de alcohol para vivir jornadas que comienza con el medio día. En la costa ha comenzado a aparecer este fenómeno en lugares donde antes no se imaginaba. En la Playa del Duque de Puerto Banús, el turismo barato y de borrachera hace que se detecten algunos jóvenes haciendo botellón en la playa antes de entrar a algunos de los «beach club» de precios prohibitivos.

Cádiz: El Palmar, último refugio

En Cádiz capital se viven años de tranquilidad en cuanto a marcha nocturna se refiere. El ambiente se fue hace años del Paseo Marítimo y la juventud de Cádiz se aferra ahora a la oferta ubicada en la Punta de San Felipe, cercana al botellódromo oficial. Mientras tanto, adolescentes y veinteañeros de Cádiz buscan refugio nocturno en zonas turísticas de la costa, donde llegan en buses que salen de la capital con chavales cargados de bolsas con alcohol y vasos para el botellón. Conil, otrora meca del macrobotellón, prohibió esta práctica en 2010 y el botellón se ha trasladado ahora a El Palmar.

Jaén: Fenómeno concentrado

El Ayuntamiento de Jaén permite el botellón, pero sólo en una zona del recinto ferial colindante a la sede de la Policía Local, lo que facilita la vigilancia de los jóvenes que se congregan en esta zona, que nunca superan el medio millar, según datos aportados por la concejalía de seguridad ciudadana. Este departamento puntualiza que la concentración se lleva a cabo únicamente los fines de semana, especialmente lo que se encuadran en el calendario académico, ya que la mayoría de los participantes es estudiante.

Córdoba: En el recinto ferial

En Córdoba, el fenómeno del botellón ya no es lo que era. En 2012 el Ayuntamiento suprimió el «botellódromo» este espacio por razones de seguridad, después de que se produjeran numerosos incidentes e incluso dos jóvenes fueran apuñalados. Las inmediaciones del recinto ferial, bastante alejado de las zonas de bares, son a veces utilizadas por grupos dispersos de jóvenes pero sólo se abarrotan coincidiendo con la última de las fiestas de mayo, la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Actualmente no existen zonas con concentraciones masivas de personas, pero la Policía ha detectado un «resurgir» del botellón en el Polígono Industrial de Chinales. Esto se suma a la aparición de una nueva tendencia: locales que permiten a los jóvenes consumir su propio alcohol dentro de los establecimientos, previo abono de una entrada, una especie de botellón «indoor».

Granada: manda el microbotellón

Hubo un tiempo en que Granada tuvo el dudoso honor de ser la capital del botellón. El Ayuntamiento habilitó un espacio para que lo hicieran sin miedo a ser multados. El «botellódromo», como fue bautizado el susodicho, permaneció abierto desde 2007 hasta 2016, cuando se clausuró. Sin embargo, el fenómeno en Granada ha evolucionado del macrobotellón al microbotellón. El Consistorio capitalino ha conseguido erradicar las grandes aglomeraciones callejeras, aunque de facto éstas se han dispersado por toda la ciudad. Ahora los jóvenes se decantan por beber en pisos de estudiantes. También los miradores, como el de la ermita de San Miguel Alto, el Huerto del Carlos y otros tantos rincones del Albaicín con buenas vistas a la Alhambra. Fuentes de la Policía Local reconocen que las quejas vecinales se han multiplicado considerablemente, así como las multas por exceso de ruido.

Almería: Traslado a las afueras

En Almería capital tras los esfuerzos realizados por los responsables municipales, es raro localizar botellón en el centro histórico. Sin embargo, la picaresca ha provocado el traslado de este tipo de concentraciones a zonas más alejadas, sobre todo con el buen tiempo. Junto al Parque de Las Familias, en el antiguo recinto ferial, los fines de semana se registran estas prácticas algo que ya han denunciado los vecinos.

Huelva

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