Tribunales

Absuelto el acusado de robar en Marbella dos cuernos de rinoceronte de la finca de Juan Antonio Roca

El magistrado considera que no está «suficientemente acreditado» que el acusado sustituyera las piezas originales por unas de plástico y tampoco la sustracción, al desconocerse el paradero de los cuernos

Juan Antonio Roca ABC

Pablo Marinetto

El Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga ha absuelto al hombre acusado de llevarse dos cuernos de rinoceronte que el exasesor de Marbella y principal condenado en el caso 'Malaya', Juan Antonio Roca , tenía como trofeos de caza y poner en su lugar unos de plástico.

Según la sentencia, se considera probado que el acusado, H. I. G., realizó trabajos de desparasitación y desinfección de los trofeos de caza existentes en una sala de la finca 'La Caridad' de San Pedro de Alcántara (Marbella), propiedad de Juan Antonio Roca a través de la empresa Marqués de Velilla, que se encontraba ya bajo administración judicial en el momento de los hechos juzgados.

Entre los objetos de la sala se encontraban una pareja de cuernos de rinoceronte blanco (ceratotherium simun simnun) montados en una tabla y valorados pericialmente en 52.000 euros . Si bien, el magistrado considera en su escrito que no está «suficientemente acreditado» que durante el desempeño de sus tareas el acusado sustituyera las piezas auténticas por otras falsas de plástico.

Además, sostiene que, aunque el comercio de cuernos de rinoceronte está protegido por el Convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) , tampoco se puede considerar que el acusado hubiera tenido intervención alguna en la posible venta de tales cuernos originales sustraídos o sustituidos. En este sentido, señala que tampoco se sabe si dicha sustracción «llegó o no a producirse, pues se desconoce cuál fue su paradero».

Juan Antonio Roca y el acusado se conocían desde hacía más de 30 años a través de la taxidermia

En la sentencia queda recogido que H. I. G. era un conocido taxidermista cuando en el año 2011 los trabajos de desparasitación y desinfección de los trofeos. El hasta ahora acusado llegó a realizar dos visitas al lugar, una en el año 2010 para verificar las tareas a realizar y presupuestarlas y otra ya en el año 2011, tras ser contratado.

En esta última, el hombre entró en la sala en dos ocasiones. Primero para la aplicación de los productos y, después, para revisar el resultado. En ambos momentos siempre estuvo acompañado , según la sentencia, al menos por el encargado de la finca y por alguna otra persona más. Como también lo estuvo en la primera visita de 2010 , cuando estuvieron presentes tres personas: una testigo, la persona encargada de la finca y el administrador judicial o su secretaria.

El escrito recoge, asimismo, que no fue el acusado el que voluntariamente se ofreció para el trabajo ni el único candidato, sino que fue buscado por los anteriores testigos que examinaron varios presupuestos. Su elección estuvo motivada por las «relaciones» mantenidas con anterioridad con Juan Antonio Roca . Ambos se conocían desde hacía más de 30 años por cuestiones relacionadas con la taxidermia y la adquisición de productos.

La Fiscalía había acusaba a H. I. G. de tres delitos. Uno de hurto , por el que solicitaba una pena de dos años de prisión; otro contra la fauna , por el que pedía tres meses de cárcel; y un último delito de contrabando , con una condena de un año de prisión y el pago de una multa de 120.000 euros. Además, instaba a que indemnizara a la empresa con 52.000 euros. La defensa, por su parte, había solicitado la libre absolución.

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