Crisis demográfica

Crisis demográfica en Córdoba|La red de pueblos dormitorio de la capital tira de la despoblación

Expertos señalan a ABC que un área metropolitana al alza y una economía sin gancho influyen en la pérdida de habitantes

Una mujer de edad avanzada, en el Paseo de la Victoria con su mascota VALERIO MERINO

Rafael A. Aguilar

La demografía está en punto muerto . Los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) dejan claro que la población de Córdoba conoce un ciclo de estancamiento que se ha agudizado en la última década , cuando ha perdido un 2,9 por ciento de habitantes . Así, en 2010 en la provincia se contaban 805.108 vecinos y diez años después la cifra se ha quedado en 781.451: la sangría de habitantes es de 23.657 en el citado periodo. Dicho de otra manera: Córdoba se deja 2.300 personas cada ejercicio . La caída demográfica es generalizada: 69 de los 77 municipios de la demarcación han visto mermada sus registros poblaciones y solo ganan habitantes Almodóvar del Río , Lucena , Obejo , La Victoria, Villafranca de Córdoba y La Carlota, que está a la cabeza con una subida del 4,5 en el padrón.

¿Y cómo se comporta Córdoba capital ? La cabecera de la provincia registra desde 2010 una caída menos acusada de habitantes que el resto de la provincia : el descenso es del 0,8 por ciento, de manera que ha pasado de los 328.547 habitantes hace un decenio a 326.039 en la actualidad.

¿Es correcto hablar de que Córdoba vive una crisis demográfica ? ¿Cuáles son las peculiaridades de la evolución de estos registros en cada zona de la provincia? ¿Y, de acuerdo a los últimos datos emitidos por el Instituto de Estadística, cómo será evolución en los próximos lustros ? ABC le ha hecho estas preguntas a un geógrafo, a un estadístico y a un economista, y la primera cuestión que surge en el debate es si Córdoba sigue el mismo patrón que el resto de Andalucía . Pedro Pablo Pérez Hernández, profesor titular del Departamento Economía de la Universidad Loyola Andalucía, es tajante: « Claramente no , porque unicamente Jaén pierde más población que nosotros . El resto de provincias andaluzas crecen, Granada muy poco, pero sobre todo Almería y Málaga, con crecimientos del 4,5 y 6,5 por ciento respectivamente en los diez últimos años lideran el crecimiento demográfico en Andalucía», indica.

¿Cuáles son, entonces, las peculiaridades demográficas de la provincia? « Córdoba tiene una actividad económica donde el sector servicios , tanto públicos (la sanidad y la educación principalmente), como privados con el turismo como su gran subsector, generan la mayoría de puestos de trabajo y en esto tenemos una gran limitación. Es cierto que el sector agrario, con la agroindustria asociada, es un subsector importante pero no suficiente, pero se debería repensar el modelo productivo de nuestra provincia para que se generen nuevas oportunidades y posibilidades de crecimiento económico que es en definitiva el que mantiene la población en ele territorio», subraya el también secretario general de la institución académica jesuita.

Manuel Trujillo es el coordinador de la Unidad de Estadística del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA), asociado al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y con sede en Córdoba, y estima que la evolución demográfica de la provincia en los últimos diez años responde a varias claves . «La primera es la tendencia a concentrarse en las poblaciones mayores . Eso explica también que la capital pierda menos habitantes, ya que parte de la población que se dejan los pueblos va a la capital, y también que las mayores pérdidas porcentuales de población sea en los pueblos pequeños, siendo menor la caída en los pueblos mayores», indica. La estadística del INE apoya la palabras del especialista: un municipio pequeño como Luque, por ejemplo, pierde el 11,9 por ciento de sus vecinos en la última década, mientras que Los Blázquez se deja el 8,8 por ciento, Santa Eufemia el 22 y Zuheros el 17,2. Núcleos importantes como Palma del Río, Pozoblanco, Priego o Cabra aguantan mejor y la rebaja en el número de vecinos no supera en ningún caso el 5 por ciento.

Trujillo apunta a otro factor que se ha consolidado de una manera clara: «La formación de un incipiente área metropolitana , que hace que pueblos como Villafranca [gana 200 habitantes], Almodóvar [16 más] y Obejo , que en realidad se refiere a Cerro Muriano [132] ganen población, por su cercanía a Córdoba». A estos cuatro núcleos que suman población hay que añadir dos más: uno es La Victoria [11 más] -otro pueblo dormitorio- y otro Lucena [425 personas más].

El catedrático de Geografía Regional de la Universidad de Córdoba (UCO), Bartolomé Valle , cita el mismo fenómeno de la consolidación del cinturón de los pueblos de la periferia de la capital. «El retroceso de la población es claro en términos generales en Córdoba en estos últimos años , mientras que hay otras provincias que han ganado habitantes. La sangría es mayor en las zonas rurales mientras que Lucena no suma pero tampoco pierde. Solo se salvan los municipios dormitorio y Obejo por los militares», explica el profesor.

Descenso más acusado en el Valle del Guadiato

Aunque el fenómeno a la baja es la tónica general en toda la provincia, en el Valle del Guadiato supone un problema más acusado . Fuente Obejuna, por ejemplo, ve cómo su padrón cae un 13,9 por ciento en una década (724 personas). Sobre esta comarca, Manuel Trujillo estima que esta herida en el censo viene de hace décadas y está causada «por la desaparición del factor que le llevó a aumentar más de población , como es la minería . El poso que dejó, como por ejemplo que estas poblaciones tienen las pensiones más altas de la provincia después de la capital, no ha servido para que se cree dinamismo en la zona, sino que ha hecho de acicate para la emigración».

Bartolomé Valle , por su parte, opina que la pandemia puede ser una buena oportunidad para sacarle partido a la despoblación de zonas como el Guadiato. «Hay zonas que se vacían de población, pero que necesitan servicios para las pocas personas que quedan allí, y sucede que no atraen la atención política que requiere por su poco peso electoral. Por ello hay que introducir un nuevo modelo de gobernanza basado no solo en la población sino en el territorio, y eso en España no se ha olido porque a los políticos no les interesan los desiertos sino los viveros de votos», argumenta el catedrático. Y agrega: «En esos espacios despoblados, como Los Pedroches, Sierra Morena o núcleos de la Subbética, es fundamental el valor del medio ambiente . La situación que estamos viviendo de la pandemia puede ser una oportunidad para el mundo despoblado: se puede estar trabajando en el mundo rural para una multinacional americana gracias al teletrabajo, y ganas en calidad de vida. Si antes el mundo rural necesitaba brazos ahora necesita inteligencia, tecnología y fe en sí mismo».

Otra clave es el escaso tirón , y cada vez menos vigoroso , de la inmigración , «que no es suficiente para compensar el déficit vegetativo», analiza Bartolomé Valle. En este punto, Pedro Pablo Pérez llama la atención sobre el círculo vicioso de las zonas despobladas : «Es evidente que zonas o territorios con personas de edad elevada no hacen posible la incorporación de población sino que poco a poco se van quedando con menos habitantes, y pueden tender a quedarse completamente despoblados porque no ofrecen posibilidades de desarrollo personal ni vital».

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