JAVIER TAFUR - EL ESTILITA

Prefiero un «susanista» malo a una «sanchista» buena

El aparato del PSOE le dice a la candidata crítica que sin clientela no es nadie

Por el bien de Córdoba, Andalucía, España y la Humanidad, prefiero un «susanista» malo a una «sanchista» buena. A mi me cae Susana Díaz cada vez mejor. Como he dicho otras veces, es la casera del cortijo y, por tanto, transmite confianza y equilibrio. Este queso para este pan y este pan para este queso, y los huevos que den las gallinas cada día. Moreno le exige otro nivel de gestión, pero a lo peor volvíamos a los tiempos de Chaves y Griñán. Con ella, al menos, Andalucía parece mantener su pobreza y su honradez esenciales. Ahora es el más eficaz contrapeso ideológico y sentimental de Cataluña.

Nadie discute nuestra gracia, nuestra españolidad y nuestra devoción a María Santísima. Y esto, en parte, es debido al comportamiento de nuestra presidenta, que tuvo la decencia de pedirle al secretario general de su partido que no la pusiera en el dilema de tener que elegir entre su lealtad y la de su tierra, a la vez que lograba que el congreso regional rechazase para sí la disolvente plurinacionalidad asumida por el federal. Susana Díaz sabe lo que quiere y lo que puede, que es casi más importante. Nunca se dejará seducir por el pasado de una izquierda que no fue mejor.

Y es cierto que ha firmado una ley autonómica de memoria antihistórica y antidemocrática, pero también lo es que Rajoy permitió la vigencia de la nacional pese a contar con la mayoría suficiente para derogarla. Son, en todo caso, los mimbres que tenemos para sostener este país. Ninguno nos proporcionará el sanchismo, dispuesto a darle el «sorpasso» ideológico al mismísimo Podemos. Ya han podido ustedes localizar a su portavoz en la equidistancia venezolana. Por eso resulta tan estúpido que en los encuentros provinciales se le ofrezcan argumentos gratuitos para defender una liberalidad de la que carecen.

Los actuales estatutos federales del PSOE contienen, entre otros, un disparate que al menos es transitorio. Dice, en síntesis literal, así: la elección del secretario general podrá regirse por los artículos de los estatutos aprobados en el 39º Congreso o por las normas vigentes con anterioridad, a elección de los órganos competentes para la convocatoria del respectivo congreso. Da, pues, libertad para elegir entre el 3% de avales para presentar una candidatura, que requieren los estatutos actuales, o el 20%, que prescribían los antiguos. Lo natural en buena lógica progresista sería optar por lo primero, pero el vetusto aparato de Córdoba prefiere lo segundo . Maribel Flores, que cuenta los años por escaños, y que supuestamente abandonó la política en el 2015, ha sido la encargada, como presidenta que es aún del PSOE cordobés, de despreciar públicamente a Teba Roldán. O sea, que le ha dicho lo siguiente: o te buscas la clientela que de la cara por ti o no eres nadie.

¿De verdad, Antonio, con lo grande que eres, tenías necesidad de esta miserable añagaza para ser elegido secretario general del PSOE cordobés?... Todavía tienes la oportunidad de permitir que una mujer compita contigo caballerosamente. Recuerda que en democracia no se da la cara, se da el voto secreto.

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