PROTECCIÓN DE MENORES

¿Cómo son los menas que llegan a Córdoba?

Expertos destacan en unas jornadas que suelen ser de 16 años, varones, subsaharianos, con arraigo familiar y mínima delincuencia

Participantes en las jornadas sobre menas celebradas en la Facultad de Educación de Córdoba VALERIO MERINO

Pilar García-Baquero

El perfil de un menor extranjero no acompañado (mena ) que llega a Córdoba es un varón adolescente de 16 años procedente de África, cada vez, más al sur, desde Costa de Marfil, Guinea, Nigeria o Marruecos. A lo largo de 2018 pasaron por la provincia 411 , unas cifras similares a las registradas en lo que va de año. Sin embargo, Córdoba es una ciudad de paso para el 60 por ciento de los menores que llegan a la provincia. Lo aseguró ayer la jefa del Servicio de Protección de Menores de Córdoba, Belén Martínez, de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en una jornada celebrada en la Facultad de Ciencias de la Educación.

El perfil de estos menores que se expuso ayer no es el de un niño de la calle, sino que en su países de origen viven con sus familias , con carencias económicas enormes pero no afectivas. Velar por ese contacto con sus padres y hermanos y proteger su infancia es uno de los deberes de los centros de protección en toda Andalucía. «No se pueden desarraigar a estos menores, y a veces ocurre porque entre los profesionales que les atienden existe el desconocimiento del funcionamiento de esas relaciones afectivas con sus familiares», apostilló la profesora Raquel Martínez, doctora en Antropología e investigadora del Instituto de Migraciones de la Universidad de Granada.

Uso del idioma

Martínez expuso cuál es la realidad de los menores extranjeros no acompañados con una firme intención de romper estereotipos y prejuicios sobre ellos, empezando por no relacionar esa palabra con delincuencia. En las jornadas de investigación esta especialista aseguró que si bien es verdad que los menores llegan con absoluto desconocimiento del castellano, no son ignorantes en cuanto a las leyes españolas, los servicios y prestaciones a las que tienen acceso incluso de la descoordinación que existen entre unos centros de protección y otros de la misma comunidad autónoma o del resto del territorio.

«Saben si un centro opta más por la formación que por su ocupación, o cómo obtendrían antes la residencia en uno u otro lugar», agregó Martínez. Los problemas con los que se enfrenta Protección de Menores en Córdoba son básicamente económicos porque el trabajo de los educadores «es muy vocacional y cobran poco, sobre todo, en centros concertados», según la responsable de la Junta.

Una asistente a la jornada de este martes en Córdoba VALERIO MERINO

El dato más esperanzador, a juicio de Belén Martínez, es que «los menores que llegan a Córdoba suelen ser de unos 16 años , pero no todos se quedan, los que se suelen quedar lo hacen hasta el cumplimiento de su mayoría de edad y se integran en la ciudad».

Las cifras de llegadas durante 2019 sigue la misma tónica que en 2018, y en Córdoba, en contra de lo que ha comenzado a detectarse en los centros de menores inmigrantes en otras provincias, no se ha notado aún la «feminización» de este fenómeno , es decir, la llegada de niñas (sobre todo de Nigeria) que se ha notado en el resto de centros, ni tampoco que cada vez los niños que llegan a costas españolas sean más jóvenes.

Índice de criminalidad

Este es el principal problema para integralos en el sistema educativo con éxito. Para ellos, su paso por Europa, ya que suelen ir de Andalucía a Madrid o Barcelona y de ahí a Francia o hasta Estocolmo, es más que progresar, sobrevivir, y obtener un empleo.

La profesora Martínez Chicón llegó a denunciar incluso como causante de esta alta movilidad de los menores al «maltrato institucional» que reciben en los centros. Algunos más llenos que otros como son los de Cádiz, Granada, Almería y Málaga.

El primer muro que ha querido romper esta investigadora, que conoce a fondo cuál es el flujo migratorio de estos niños que llegan jugándose la vida, es la relación que se hace directa entre menas y conflictividad. Esta asociación, que para ella podría tener incluso un reproche penal, carece de fundamento.

Un extremo refrendado con un elaborado estudio realizado por tres investigadores criminólogos de la Guardia Civil tras el análisis de los casos de los 411 menores no acompañados que pasaron por Córdoba 2018. Este estudio encardinado en el Proyecto UCO-Social Innova habla de la «intervención socioeducativa con menores en Córdoba» refleja en uno de sus puntos cómo el índice de criminalidad de estos menores es «insignificante y con delitos menores».

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