RAFAEL ÁNGEL AGUILAR SÁNCHEZ - EL NORTE DEL SUR

La carretera de cada verano

Donde está el cuerpo está el peligro: tres víctimas mortales en accidentes de tráfico en la semana que acaba

RAFAEL ÁNGEL AGUILAR SÁNCHEZ
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TREs muertes en la carretera en menos de una semana. Una mujer joven y natural de Montilla que apenas ha sobrepasado la treintena circula en un coche con dos niños por el término municipal de Aguilar de la Frontera y en dirección a Puente Genil y choca de frente con un camión: ella y su hija de dos años mueren en el momento, el pequeño ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Reina Sofía y allí se pasa varias jornadas, hasta que ayer mismo por la mañana los médicos deciden que puede pasar a planta. No pasan ni un par de días y la carretera vuelve a mancharse de sangre, esta vez en Córdoba.

Hay sitios que están malditos y con los que el destino se ensaña: la salida a la autovía a la altura del estadio de Arcángel.

Un hombre maduro con responsabilidades en una empresa de la Diputación espera a incorporarse a la vía de gran capacidad. La distancia entre la vida y la muerte la marca la línea discontinua del pavimento, pero él no lo sabe. Todavía. Pasan los camiones. Uno, otro y después otro más. Hasta que llega el que va a acabar con él. Todo se termina en un instante, el coche hecho un acordeón entre dos vehículos pesados, los sanitarios que llegan al lugar sin poder hacer nada por la víctima y las pesquisas de las fuerzas de seguridad que arrojan una conclusión: el siniestro no fue fruto de la mala suerte, del simple y negro azar que dicta cuándo le llega el turno a cada uno, sino que la mano del hombre estuvo por medio porque el conductor de uno de los camiones se puso al volante bebido y superaba con creces el doble del alcohol permitido en la sangre para circular.

No, no hay tregua: sale el sol a la mañana siguiente y no hay que lamentar bajas pero sí, de nuevo, la inconsciencia del ser humano. Una mujer conduce por la A-45 cerca de La Rambla y le llama la atención cómo maneja el camionero que va delante de ella, que no sigue una línea recta sino que va a su aire, dando bandazos por la calzada. El aviso a la Guardia Civil es certero: una patrulla intercepta el camión en Aguilar de la Frontera y resulta que quien está al frente del vehículo da positivo en una prueba de drogas, cocaína en concreto.

La carretera: donde está el cuerpo está el peligro, el coche que aparece detrás de una curva puede que no siga el trazado correcto sino que se desvíe hacia el carril que no es el suyo por un despiste o por una negligencia, las vacaciones pueden ser un viaje a ninguna parte si no se está en lo que se está y aún así quién sabe, cada kilómetro recorrido es una victoria, la llegada al punto de destino una bendición y no una rutina. La carretera: el horizonte prometedor de cada verano, la promesa infinita e incansable del reencuentros deseados, de abrazos aplazados, de aventuras al aire libre, de días al sol sin cobertura, de descanso. Ojalá.

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