Un bailarín flamenco de Córdoba actúa este sábado en la sala Bataclán de París

«Queremos que el flamenco purifique esa sala». El bailarín y coreógrafo cordobés Rubén Molina, de 31 años, tiene una cita importante este sábado: es una de las estrellas invitadas a la Gala Española que organiza por la noche la sala parisina de Bataclán, que saltó a la primera plana internacional cuando, en noviembre de 2015, sufrió un terrible ataque de radicales islámicos y que se saldó con decenas de muertos.

La compañía de Molina es de una de las que comparecerá en la sala este fin de semana con el objetivo de que el pulso del local recupere poco a poco su normalidad. «Llevamos dos semanas trabajando dentro de Bataclán, ensayando en su escenario y las sensaciones a las que nos enfrentamos son contradictorias: por un lado son positivas porque nuestro ánimo es el de aportar, pero por otro son negativas por el recuerdo de lo que sucedió», afirma el bailarín, que lleva cuatro años afincado en la capital francesa.

Lo que ocurrió en noviembre de 2015 no es ajeno al artista cordobés. «Lo viví con toda su carga trágica porque vivo en la calle de atrás de Bataclán: recuerdo que llegué a casa sobre las nueve de la noche, venía de un ensayo, y empecé a escuchar sirenas de policía y las ambulancias... No podía imaginarme lo que en realidad estaba pasando», relata.

«El pánico se adueñó de la zona esa noche y, por mucho tiempo que pase, esto se va a quedar dentro de nosotros: tengo amigos que vivieron muy cerca qué pasó y que han tenido que acudir a especialistas para intentar superarlo», añade.

Su objetivo es combatir el miedo con el flamenco: «Nuestra compañía desprende buenas sensaciones y queremos compartirlas este sábado con nuestro público en Bataclán», concluye.