TURISMO

Alcázar de Córdoba: 20 meses de espectáculo

Las exhibiciones de luz y sonido nocturnas en el monumento se retoman tras su paralización en enero de 2016

Pedro García, en la presentación del espectáculo nocturno celebrada ayer VALERIO MERINO

R. V. M.

El cogobierno municipal anunció en el verano que el espectáculo nocturno del Alcázar estaría de nuevo en marcha en septiembre, y todo apunta a que cumplirá su promesa... con una salvedad. Lo dijo en el estío del año pasado , cuando el espectáculo ya llevaba meses fuera de juego . Y antes, prometió lo mismo para mayo (también del año pasado).

En realidad, la tramitación del espectáculo, muy demandada por el sector de la hostelería por su efecto sobre las pernoctaciones, ha tardado 20 meses en solventarse. Casi dos años para un sencillo contrato. Y por el camino ha habido numerosos errores que el cogobierno de IU y PSOE ha reconocido solo con la boca pequeña.

El concejal de Turismo, Pedro García (IU) , área que gestiona el espectáculo nocturno, paralizó el servicio en enero de 2016 con una simple explicación: razones técnicas. Tras siete meses de espera, en julio de 2016 volvió a salir a concurso público para sonrojo de García : ninguna empresa quiso hacerse cargo debido a las malas condiciones que ofrecía Turismo, unos 58.000 euros por hacerse cargo del servicio.

Hubo que redactar a toda prisa otro pliego de condiciones , esta vez con más del doble de dinero de por medio (126.521 euros). Aquello fue en enero de este año, y de nuevo el Ayuntamiento volvió a meter la pata: se equivocó en el cálculo del IVA , y hubo que rehacer los trámites desde cero. Para entonces ya había pasado un año del cierre del espectáculo, una efeméride que el Ayuntamiento celebró dando datos amañados sobre las visitas al Alcázar (se excluyeron los de las visitas nocturnas, que ya no se celebraban, y los de los lunes en que ya no abre el monumento).

Ya con la nueva licitación en marcha, resultó que sólo una empresa concurría . Y curiosamente, era la misma que lo gestionaba en el pasado mandato, a la que Pedro García había denostado en varias ocasiones. Era marzo de 2017, 14 meses para volver al mismo punto de partida.

Llegó julio, y el servicio aún no estaba adjudicado. Esta vez, la excusa fue «un tema administrativo» (García dixit) . A mediados de ese mes se adjudicó el contrato, como no podía ser de otro modo, a la misma empresa que lo tenía el pasado mandato, Comsa (que había cambiado de nombre entretanto).

Al sainete aún le faltaba el estrambote. Tuvo que transcurrir un mes más, hasta el 17 de agosto, para firmar el documento con la adjudicataria, un mero trámite que no debió de tardar más de una semana, como especificaban las condiciones. Y en el colmo del disparate, Pedro García , máximo responsable en la ceremonia de la confusión, esquivó la firma . Ese día estaba de vacaciones.

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